Después de toda la ola publicitaria arrancada a partir del inminente escandaloso lanzamiento de la comedia The Interview, tuvimos la oportunidad de ver la polémica cinta vía VOD aquí en la ciudad de San Diego mientras disfrutamos de las vacaciones decembrinas. Por si no estaban informados, la película se convirtió este fin de semana en un imprevisto triunfo en su lanzamiento en esta ventana (cerca de 15 millones recaudados en su renta en Video En Demanda) por lo que la producción puede considerarse un moderado éxito meditando en las dificultadas a las que se ha enfrentado. Moderada también podría ser su calificación como comedia. Aunque la película parte de una aguda idea: un anodino entrevistador (James Franco) busca la exclusiva de charlar con Kim Jong-Un, dictador quien gobierna Corea Del Norte, la agudeza de la sátira política se va desvaneciendo a medida que transcurre la historia.
The Interview no es una mala película, simplemente se trata de una crítica pasable más dentro del género, una producción que se suma a esa irrespetuosa filmografía creada por Seth Rogen (quien aquí interpreta al productor del programa de televisión Skylark Tonight) y el mismo Franco, cintas atestadas de chabacanería a costa de temas sexuales, racistas y políticos. ¿Reímos con las ocurrencias? Por supuesto que sí. Aquí no se discute la osadía de Rogen y Franco para fracturar sus mismas estructuras en sus comedias, son un par de intérpretes que constantemente se comprueban en disparatados ensayos (viene inmediatamente This Is The End como referencia próxima) sin embargo algunos títulos corren con más suerte que otros. Recuerdo perfectamente hace algunos años haber leído el reporte de la entrevista que Barbara Walters le hizo a Fidel Castro.
La primera frase que el mandatario de Cuba pronunció fue: «Sé perfectamente quién eres. Veo tu programa de televisión». El atractivo supuesto de una conversación entre un narcisista conductor y un tirano siempre se antoja como detonador de una hilarante sátira o un eficaz drama (Frost Nixon es un paradigma en este caso) pero en esta situación, The Interview carece de solidez. Al igual que otras comedias de Rogen y Franco, la producción se convierte en una gris farsa, apenas pasable en donde regulares chistes concluyen con la prometedora circunstancia. Ante la amenaza de que el estreno de esta película podría causar el principios de un encontronazo de considerables resultados entre dos paises en el panorama político, no habría más que emoción que el pretexto haya sido una audaz sátira política cinematográfica, lamentablemente la cinta no alcanza las expectativas creadas a su alrededor.
Al final, considero que lo mejor que le sucedió a The Interview fue verse inmersa en un alboroto como la responsable de un histórico hackeo a un estudio cinematográfico y de la destitución de un grupo de poderosos ejecutivos responsables de solventar los caprichos de dos comediantes como Rogen y Franco.