Considerando que se trata de la primera entrega de la conclusión de la estimada saga juvenil, Los Juegos Del Hambre: Sinsajo 1era Parte resulta un ameno capítulo que nos da la impresión se desempeña más como la planificación del desenlace que como una película autónoma en sí. Son tiempos de insurrección, por lo que nuestra heroína consentida Katniss Everdeen (la siempre bienvenida Jennifer Lawrence) es reclutada por un grupo de subsersivos encabezados por Plutarch Heavensbee (Philip Seymour Hoffman) y la líder Alma Coin (Julianne Moore debutando en esta historia) con la finalidad de convertirla en el estandarte de la revolución de un pueblo oprimido por un gobierno totalitario. Una asunto que percibimos con un oportuno gusto. Antes de esto, nuestra protagonista tendrá que rescatar a su amado Peeta (Josh Hutcherson) quien permanece reclutado por los mandos del malvado Presidente Snow (Donald Sutherland).
Cuando los productores de la saga de Los Juegos Del Hambre anunciaron que dividirían la última novela de Suzanne Collins en dos cintas (a la manera de Crepúsculo y Harry Potter), miles de lectores manifestaron su enfado ante tal resolución. Apreciando esta película, probablemente tenían razón, sin embargo, habría que reconocer la creatividad de los hábiles realizadores empezando por el director Francis Lawrence (quien se encargó de la segunda cinta mientras que Gary Ross lo fue de la original), de la misma Collins y de un brillante ensamble de actores quienes han convertido a estos personajes en seres auténticos derivando en lo que sin duda es la odisea distópica juvenil de estos tiempos.
Podríamos considerar este capítulo como el episodio en donde Katniss deduce en la significación de transformarse en la líder de la insurrección, una determinación que probablemente tenga efecto en su vida sentimental pero ¿qué mas da? El pueblo necesita ese sinsajo terrenal, esa insignia que pueda incitar al cambio en un mundo absolutista. Aparentemente es un capítulo un tanto impasible pero si observamos con atención podremos descubrir la confabulación política que se viene construyendo desde las anteriores entregas. Efectivamente en esta película se reducen las secuencias de acción (aunque las que se muestran son espectaculares sobre todo aquella en donde Katniss y Gale Hawthorne derriban un par de bombarderos enemigos) pero también los realizadores han aprovechado esta segmentación de la novela para inyectar a esta primera parte de toda la indagación política ineludible con la finalidad de que el desenlace (programado para el próximo año) origine un dramático clímax.
Por otro lado, histriones como Elizabeth Banks en el agradecido y divertido rol de Effie Trinket y Liam Hemsworth como Gale tienen mucho más que hacer aquí que en las anteriores producciones, mientras que Woody Harrelson y Jena Malone hacen limitadas pero significativas apariciones para el relato. Se suma a la historia la enigmática Natalie Dormer como la ambiciosa guerrillera y productora de televisión Cressida en el mejor novel personaje de la saga, pero ¿para qué desconocer la sustantividad? la tensión da la fábula radica en la compleja relación Katniss-Presidente Snow, una oportunidad que Lawrence y Sutherland explotan al máximo, una lucha entre una imberbe inteligencia y un sagaz mandatario, una correlación que en estos tiempos resulta demasiado incitante como para desconocer.