En algunas ocasiones, para suerte de algunos y tragedia de otros, los clásicos del cine pasan a formar parte del dominio público… por accidente. Este es el desafortunado caso del debut de George Romero, en el que por un descuido en la marca de copyright en la versión final de la cinta, no quedaron registrados los derechos de autor y básicamente, cualquier hijo de vecina puede ver y distribuir el filme sin problemas. Aquí no existe la piratería.
El creador del exitoso subgénero informalmente llamado cine de zombies, nos presenta en su ópera prima el pilar de todo: sobrevivientes que luchan por no ser devorados por hambrientos come-cerebros, con buena atmósfera, y que básicamente hay que ver porque se trata de un clásico de la cinematografía mundial. Enjoy!