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cinema movil invenciblesLa inmigración e inclusión de minorías raciales en ámbitos profesionales, políticos, culturales y sociales, continúan siendo tópicos en torno a los que gira la cinematografía francesa y que captan poderosamente la atención del espectador promedio. Para no ir tan lejos, algunos de sus más recientes fenómenos de taquilla como Amigos, Dios Mío, ¿Qué Hemos Hecho? o Hipócrates: El Valor de una Promesa, narran –en diversas claves que van de la tragicomedia al drama de crecimiento–, cómo personajes conservadores, recelosos y nacionalistas a ultranza, se ven obligados circunstancialmente a convivir con senegaleses, árabes o chinos. Finalmente, que la inmigración conforme el 9% de la población del país europeo (según estadísticas del 2012), no es poca cosa.

Empero, en medio de estos éxitos y cierta visión romántica que proponen, el filme protagonizado y co-escrito por Atmen Kelif que ahora nos compete, arroja un comentario puntilloso como pertinente: la corrección política hacia los extranjeros (y si se quiere, dirigida también a discapacitados, homosexuales, mujeres o personas de la tercera edad), que se da en dichos entornos, solamente se trata de un redituable y manipulador slogan empleado por todo tipo de marcas, instituciones y el sistema mismo que banaliza y hegemoniza lo que se encuentre a su paso.

Curiosamente, este sub-texto que pudiera llegar a incomodar a más de uno –en una época donde pareciera que no importa qué tipo de comentario se haga y en qué contexto, seguramente herirá la sensibilidad de alguien–, es parte de una comedia de tónica ligera que aborda la amistad y lealtad que mantiene un par de pobres diablos que se dedican a recorrer pueblos del mediterráneo francés estafando con destreza y algo de picardía a otros perdedores. Así, en el tercer largometraje de Frédéric Berthe, Kelif interpreta a Mohamed Boudhali “Momo”, un cuarentón de origen argelino que vive con su madre, dueña de un pequeño restaurante, quien a través de los años ha perfeccionado su habilidad en la petanca (un popular híbrido entre boliche, curling, juego de canicas y rayuela, surgido a principios del siglo pasado en el sur galo); mientras que Gérard Depardieu (en un bienvenido segundo aire, levantándose después de más de un golpe propinado por la vida misma), encarna a Jacky, eterno mentor-cuasi padre del primero, ex-leyenda de ese curioso deporte, sibarita en decadencia, con problemas maritales e imposibilitado en pagar una fuerte deuda a unos mafiosos locales. La convocatoria para integrar al equipo que represente a Francia en el primer mundial de petanca, organizado por un inescrupuloso empresario (Edouard Baer) con un cuantioso premio, colocará eventualmente a “Momo” como el codiciado y explotable producto de moda.

Ya totalmente instalada en los terrenos del filme deportivo, Invencibles va sorteando sus propios lugares comunes con un humor sencillo, efectivo y en la mayoría de los casos carente del chantaje sentimental propio de la premisa del inmigrante mágico (el atípico entrenamiento para conocer todos los secretos en el arte de lanzamiento de bolas metálicas, el fracasado que, siendo relegado por su ascendencia, se sobrepone y enfrenta a una federación que únicamente piensan en intereses y negocios, la cual sospechosamente se nos hace muy familiar, el interés romántico que surge en la figura de la guapa y bien intencionada asistente del empresario, la separación de los amigos cuando la fama llegue, la jugada dramáticamente in extremis en el partido decisivo…). Inclusive, se da el lujo de trastocar la trama con un giro entre irónico, autorreferencial y sobre todo emocionante. Porque los outsiders tuvieron su momento, se quedaron con todo, derrotaron al dueño del capital. Aunque como bien sabemos, esa victoria es fugaz, pírrica, agridulce; los cínicos siguen rigiendo el mundo moderno.

En Cartelera: Viernes 19 Junio 2015: CinépolisCinemex.

Por Alberto Acuña Navarijo / @CinemaMovil_mx