Hace veinticinco años exactamente, Michael Crichton escribía una novela que se convertiría en un clásico al ser adaptada al Cine en 1993 por Steven Spielberg. La historia se centraba en un parque temático llamado Jurassic Park, diseñado para que los humanos disfrutaran del contacto directo con animales de la prehistoria.
Tanto el libro como la película resultaron un gran éxito que derivaron en dos secuelas cinematográficas de una notoriedad moderada. Ahora bien, a casi quince años de la última cinta, se estrena en México una nueva versión dirigida por Colin Trevorrow (Safety Not Guaranteed), quien ha logrado una emocionante continuación de la primera cinta original y que gracias a Dios, nos hace olvidar esas malas secuelas que existieron.
En primera instancia, el director se enfrentó ante la posibilidad de crear los dinosaurios por medio del diseño digital mientras que las tres cintas predecesoras emplearon diseños animatronics (esbozados por el legendario Stan Winston); esto pareciera un recurso a favor del Trevorrow, sin embargo, de forma inteligente, apostó por centrar la atención en las relaciones familiares de los protagonistas y en la lección a aprender: el hombre no puede adjudicarse el rol de todopoderoso al momento de enfrentarse a la naturaleza, casi el mismo objetivo de la primera película dirigida por Spielberg.
Chris Pratt (Guardianes de la Galaxia) caracteriza al indómito protagonista de la cinta, una especia de ‘susurrador’ de velociraptors que con su motocicleta se convierte en el principal enemigo del T-Rex, un experimento humano capitaneado por una ambiciosa Claire (Bryce Dallas Howard), el cual produce un híbrido parte tiranosaurio, velociraptor, víbora y pez sumando una inteligencia que provocaría la envidia de uno que otro espectador.
La trama de Jurassic World prácticamente se reduce a una serie de persecuciones entre el T-Rex (que caza y devora a cuanta persona se le pone enfrente), y los dos niños hermanos protagonistas: Gray y Zach emulando una situación similar a la de la primera cinta (¿quién no recuerda la clásica escena de la cocina?).
El prólogo de la película es muy breve, permitiendo que se sucedan las escenas ruidosas de acción que presentarán a dinosaurios y personajes estelares en una contienda de dos horas de duración. Quizá Jurassic World resultó en un poco más de lo mismo que había hecho la franquicia pero… ¿qué importa?
Los productores han apostado con éxito en un palpitante episodio que llevará al público a considerar el alegato que se ha propuesto en cuatro ocasiones esta franquicia: «Los humanos no debemos entrometernos jamás con los designios de la madre naturaleza».