Durante cinco películas (y casi diecinueve años) hemos sido testigos de cómo Ethan Hunt (Tom Cruise) sigue preservando ese gélido carácter para enfrentar las complicadas misiones en el más alto nivel del mundo del espionaje, un temple que podría poner a temblar al mismo James Bond.
Basada libremente en los personajes creados hace décadas en el serial televisivo, la franquicia de Misión: Imposible se ha elaborado como un capricho de quien fuese considerado una de las estrellas más taquilleras del cine en el plano internacional. Cruise prácticamente ha madurado frente a los ojos de los espectadores y a pesar de algunos repetidos escándalos personales que tienen que ver con sus credos y bizarras conductas públicas, sigue conservando el estatus de uno de los actores más apreciados, sobretodo en el género del cine de acción.
Este nuevo episodio que llega a cines bautizado como Nación Secreta y posee los elementos característicos de un capítulo efectivo de la marca: sofisticadas locaciones, complicadas encomiendas que ponen en peligro la vida de los héroes y un atractivo personaje femenino que fungirá como antihéroe y como posible candidata romántica para Hunt.
Los componentes están presentes sin embargo no se registra un progreso en el universo de Misión Imposible ya que prácticamente se trata de una recreación de ingredientes ya probados en cintas previas. La premisa se centra en la posible extinción de la agencia ultrasecreta IMF por una orden del gobierno de los Estados Unidos, por lo que la CIA (encabezada por Alec Baldwin) tendrá que finiquitar la asociación y retirar a Hunt y a sus colegas (Jeremy Renner, Ving Rhames y Simon Pegg) del campo. Sin embargo, la aparición de una sociedad de terroristas harán que esta jubilación temprana se suspenda momentáneamente.
Cuando se anunció que el director de esta cinta sería el guionista y realizador Christopher McQuarrie (con quien Cruise habría trabajado en Jack Reacher y quien fuese responsable del libreto de Los Sospechosos Comunes), se nos antojaba un episodio que examinara la psique del espía internacional y de los miembros de su banda apostando por una aventura más psicológica que material. Pero no, Nación Secreta se limita a medio engarzar una serie de complicadas secuencias de persecución diseñadas más para acentuar la aún la excelente condición física del actor (aunque su rostro muestra extraños rasgos) que por ofrecer una compleja aventura protagonizada por osados espías.
Probablemente el personaje más interesante de esta película sea el caracterizado por Rebecca Ferguson, la intérprete sueca quien interpreta a Ilsa, la mujer complicada de leer quien de forma habitual aparece en el destino de Hunt. Fuera de esto, Misión: Imposible – Nación Secreta es de los más predecible y aunque es entretenida, ya advertimos un dejo de desaliento y tedio en el grupo de productores y en sus protagonistas.