En el año 2010 se estrenó Despicable Me en cines y una de las razones por las cuales esta película animada rápidamente llamó la atención en todo el mundo fue la presencia de unos simpáticos personajes amarillos a los que nadie había visto nunca y que respondían al curioso nombre de Minions.
Aquellos pequeños seres eran los secuaces del villano Gru y regresaron en 2013, en la secuela de Despicable Me, para ayudarlo a cuidar a sus tres niñas, aunque también tuvieron un mayor protagonismo al convertirse en el blanco de un enemigo que los necesitaba para ejecutar un plan malvado.
La popularidad de los Minions aumentó tanto que provocó que se decidiera darles su propia película, lo cual inmediatamente fue una noticia que le dio la vuelta a todo el mundo y que puso de muy buen humor a millones de niños que comenzaron a contar los días para poder ver de nuevo a sus nuevos personajes favoritos en la pantalla grande.
2015 fue el año elegido para que Minions se estrenara y a sólo unos días de que eso ha sucedido, el filme ya es amo y señor de la taquilla mundial demostrando que bien puede ser el inicio de una franquicia que podría tener mucho que ofrecer si se encuentran más historias entretenidas que contar.
En su primera película como protagonistas, los Minions nos muestran cómo fueron sus primeros días en la Tierra -ya que ellos existen desde la época de los dinosaurios- y también podemos verlos siguiendo a diferentes amos malvados hasta que una crisis obliga a tres de ellos (Stuart, Keviny Bob) a aventurarse en una difícil misión para encontrar a un nuevo villano al cual poder servir debido a que ese es su principal fin en la vida.
Teniendo enfrente el gran reto que representa triunfar en solitario en la pantalla grande, lo cual siendo francos no será tan complicado para ellos, los Minions buscan conquistar de nuevo a todos sus fans con todos los disparates que se les ocurran y mientras lo consiguen muchos nos seguiremos preguntando cosas como: «¿qué son?, ¿de dónde salieron realmente?, ¿por qué hablan tan raro? y ¿por qué están empeñados en hacer el mal si en realidad no son malos?»
Tal vez sea por su figura redonda, sus overoles viejos, sus googles que los hacen ver todavía más raros, su vivo color amarillo con el que inmediatamente uno puede identificarlos, su amor por las bananas o quizá por su lenguaje que es una combinación de muchos otros y que los hace sonar torpes al igual que tiernos. No sabemos. Y no necesitamos averiguarlo. Lo que sí es un hecho es que todos quieren a los Minios y eso es algo que probablemente no cambiará en mucho tiempo.