Alex Garland es un guionista respetado de Hollywood que entre sus trabajos más reconocidos se encuentran algunas de las películas de Danny Boyle como: La Playa (2000), Exterminio (2002), y Sunshine (2007). Recientemente fue el responsable en papel de la gran adaptación que se hizo del comic de Dreed (2012), así que no faltaba mucho para que expandiera su talento en otras áreas como lo es la de la dirección.
Para poner las cartas sobre la mesa, tengo que avisar que en lo personal esta me parece una de las cinco mejores cintas de lo que va de este 2015. Es un debut fascinante (y ojalá más guionistas dieran el salto a la silla de director con la calidad de Garland) que me recuerda otro debut extraordinario en el género de la ciencia ficción de hace unos cuantos años: Moon (2009) de Duncan Jones. Incluso, ambos filmes comparten un espacio claustrofóbico como escenario principal, además de que ambos son relatos minimalistas pero sumamente inteligentes y profundos en sus ideas y sus reflexiones.
Un excéntrico y misterioso programador multimillonario (Oscar Isaac) selecciona a Caleb (Domhnall Gleeson), un joven e inteligente empleado de su empresa, para que pase una semana en una casa aislada con el objetivo de que realice un test de personalidad en el que estará involucrada su última creación: una robot-mujer de nombre Ava (Alicia Vikander), bastante atractiva a pesar de los circuitos que sobre salen de su cuerpo. Al final estos tres personajes buscan la eterna respuesta de si la inteligencia artificial puede superar o imitar los sentimientos humanos.
Hay que aclarar que este no es un film de los llamados “comerciales”, a pesar de que su publicidad así lo pueda hacer suponer. Al contrario, es una cinta más humilde, que basa sus cartas fuertes en el guión, los diálogos, y las actuaciones. No es una cinta plenamente de terror sino de suspenso e intriga que despertará un miedo entumido en cada uno de los espectadores. No hay parafernalia, no hay acción envuelta en espectaculares efectos visuales; aunque siendo objetivos tiene muy buenos efectos visuales, pero están integrados a la trama y no son una distracción. Créanme, casi inmediatamente uno olvida que el robot no es real, si tenemos que describirla, podríamos decir que es una especie de Frankenstein en la era del iPhone.
Tal vez su historia no sea la más original, al final de cuentas es el relato mítico del hombre contra su creación, del hombre contra las máquinas, pero no en el estilo de Terminator (James Cameron, 1984), pues precisamente, aquella es la antítesis de este film. Ya que aquí el ritmo es pausado, y como decía, su desarrollo se sustenta en los diálogos y lo cerebral de la propuesta. Además de que la dirección de Garland se nota elegante e ingeniosa. Repito: ojalá este no sea un garbanzo de a libra y de verdad se convierta en un realizador con una voz y estilo propio, cuando menos su primer trabajo ya lo pasó con diez.
En conclusión, es una historia tensa y claustrofóbica, sus últimos veinte minutos pueden helar la sangre de cualquier espectador. Se sustenta en gran medida por la estupenda actuación de su trío protagonista, los cuales desarrollan sus personajes con gran acierto, sobresaliendo Alicia Vikander, a la cual no le auguro más que el estrellato total, no solo por su gran belleza, sino por su aparente talento. Sin duda dará mucho de que hablar en el futuro.
Y por el otro lado Oscar Isaac cada vez más se convierte en un actor solvente y efectivo, él si ya está a una o dos películas más de encontrar el reconocimiento absoluto. Visualmente es portentosa y le gustará en gran medida a los aficionados a la ciencia ficción, y al público en general que gusta de historias interesantes y con un poco más de profundidad.
Curiosidades: El título de la cinta se refiere a la frase “Deus Ex Machina” que en el ámbito literario y cinematográfico se utiliza cuando se resuelven situaciones de la nada. Domhnall Gleeson y Oscar Isaac también trabajan juntos en la próxima a estrenarse Star Wars Episodio VII (J. J Abrams, 2015). Alicia Vikander y Domhnall Gleeson ya habían trabajado juntos en Anna Karenina (Joe Wright, 2012).