Dentro del género de Terror existen varios subgéneros como por ejemplo el slasher, el gore, el survival, y el que ahora nos ocupa: el de posesiones o exorcismos. Este último es uno de los más socorridos y famosos dentro de este mundo del horror. Incluso es uno de los más efectivos y exitoso con el público, pues para nadie es un secreto que una de las mejores películas de toda la historia del Séptimo Arte es precisamente la abanderada de honor de este subgénero, la clásica e infalible: El Exorcista (William Friedkin, 1973).
Lo malo de este tipo de cintas es que todas parecen beber irremediablemente de la obra maestra de William Friedkin, y muy pocas veces se alejan de ella. Pocas son las que muestran un ángulo diferente o se alejan de la probada fórmula del clásico setentero.
De esta manera, decidimos aceptar el reto y realizar esta lista de seis películas que merecen la pena por considerarse las más emblemáticas del género. Algunas de ellas con una mezcla de otros subgéneros, pero su esencia primordial es la de las posesiones y exorcismos. Sin más preámbulos, comenzamos la semana:
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6) Extrañas Apariciones, de Peter Cornwell (2009)
No es una maravilla, está llena de tópicos, pero sobre sale un poco más por el gran trabajo actoral de Virginia Madsen como la sufrida madre de familia de esta historia y el joven Kyle Gallner como el muchacho afectado. El aspecto médico le da una ligera originalidad a la trama, aunque la mayor parte del tiempo no sea novedosa, pero eso sí, es efectiva como drama y como historia de posesiones, espiritismo y horror.
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5) Stigmata, de Rupert Wainwrigth (1999)
Ok, esta sí es medio mala, pero visualmente tiene sus virtudes. Para describirla rápidamente: es una especie de versión MTV de El Exorcista, con un tono extraño porque confunde temas como los estigmas, las posesiones, y los malos manejos del Vaticano. La mezcla es rara, pero cuando menos resulta entretenida en un subgénero en el que no hay mucho de donde escoger. Esta mediana cinta puede colarse en un conteo así.
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4) El Último Exorcismo, de Daniel Stamm (2010)
Esta fue un inusitado éxito de crítica y de taquilla en el mundo. En lo personal no me pareció la octava maravilla que muchos argumentaron, pero sin duda tiene su encanto. El subgénero found footage se mezcla con los exorcismos y posesiones y entregan un producto bien planificado, con un buen suspenso en la trama y un par de secuencias que de verdad quitan el aliento. El final es probablemente lo más cuestionable, o lo más novedoso según el espectador. En lo que no hay duda es en que es una buena representante.
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3) Evil Dead, de Sam Raimi (1981 y 2013)
No es una cinta de exorcismos sino de posesiones, y es una de las grandes. Tanto la original, como su remake de hace unos años son bastantes buenas. El personaje de Ash en la original hoy por hoy es toda una leyenda del cine de terror. Por su parte, el remake supo actualizar la trama y dotarla de más violencia y postales turbias en la mente del espectador. La verdad es que siempre que sale a relucir el tema del cine de terror, irremediablemente recuerdo y hablo de esta cinta. Ambas son imperdibles.
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2) El Exorcismo de Emily Rose, de Scott Derrickson (2005)
Durante muchos años pensé que ningún film sobre exorcismos podría cambiar el chip que introdujo al subgénero la cinta de El Exorcista. En el año 2005 se demostró que se podía realizar un relato de exorcismos sin caer en los acostumbrados clichés sembrados por la icónica cinta clásica. En gran parte por un desarrollo inteligente que ahora sí mezcla a la perfección géneros y se las arregla para meter terror de la vieja escuela con un interesante y vibrante drama judicial, sin duda es bastante recomendable.
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1) El Exorcista, de William Friedkin (1973)
¿Qué puedo decir ahora que no se haya dicho ya de este gran clásico no solo del cine de horror, si no de la historia del cine? Marcó toda una época, ha sido mil veces imitada y jamás igualada, ni sus secuelas se le acercan a los tobillos, mucho menos todos esos remakes encubiertos que se han hecho a lo largo de las décadas. Hoy por hoy me sigue pareciendo la cinta más espeluznante y efectiva a la hora de provocar miedo y una sensación nada agradable al verla. Y no solo es un gran film de terror, también es una excelente película; dirigida magistralmente, actuada de maravilla, su fotografía es impresionante y su guión es casi perfecto. Su ritmo de menos a más funciona para estrujar de forma más contundente al espectador: un diez redondo sin duda.