La primera parte de Pitch Perfect (Jason Moore, 2012) me gustó, y esto es raro, muy raro, pues es una comedia con tintes románticos sobre chavas que cantan en un grupo a capella, algo muy alejado del tipo de historias que suelo ver con gusto. Por ende, tenía más ganas de ver su secuela, Más Notas Perfectas (Pitch Perfect 2); desgraciadamente, o afortunadamente, la segunda parte ofrece una historia superficial y blanda, y tiene como destino final el cajón de filmes olvidables que forzan una buena fórmula.
Una de las principales razones por las que me gustó la primera cinta, y por la que fue un impresionante y sorprendente éxito de taquilla y crítica en Estados Unidos, fue el carisma que irradiaba la historia, gracias al elenco y las canciones pegajosas que abundaban en el metraje. La cierta originalidad que se desprendía del ambiente de los concursos de a capella, y el humor un tanto negro y con un doble sentido muy marcado, también ayudo.
Para la secuela regresó el mismo elenco, el mismo entorno, algunas canciones famosas de fondo, pero el carisma y el dinamismo con el que se manejó la anterior brillan por su ausencia. Al tratar de hacer todo más grande y ruidoso, Más Notas Perfectas olvidó sus bases cimentadas en un humor alocado, a medio camino de la comedia negra y vulgar de, por ejemplo, la factoría Apatow.
Beca (Anna Kendrick) y sus amigas se enfrentan a su último año en la universidad. Las Barden Bellas se han convertido en el coro a capella más importante y envidiado de E.U., hasta que durante una presentación para el presidente Barack Obama, las cosas se salen de control y una de las jóvenes hace el ridículo. A partir de ahí pasan a ser una burla, pero aún así tendrán que competir en el campeonato mundial de coros, donde el equipo estadounidense nunca ha ganado.
Una de las mayores diferencias en esta secuela es que la dirige la guapa y talentosa actriz Elizabeth Banks, quien repite su divertido papel de comentarista de las competencias de a capella. Esta cinta representa su debut como directora, y aunque no es una gran opera prima, creo que Banks podría forjar una interesante carrera en las comedias norteamericanas siempre y cuando no vuelva a reciclar una historia. Como actriz, Banks, junto a John Michael Higgins, sigue siendo de lo más cómico con sus puntillosos apuntes dentro de las competencias.
Para no decir que todo es malo tengo que aceptar que me arrancó algunos sonrisas y los beats de las canciones permanecieron en mí mente. En conclusión, actrices como Anna Kendrick, Hailee Steinfeld, Elizabeth Banks y Rebel Wilson logran elevar el producto con su carisma, vena cómica, y algunas con su belleza, desgraciadamente no alcanza el nivel de su predecesora. Personajes secundarios que tuvieron un buen desempeño en la anterior aquí pierden mucha fuerza y en cambio se le otorga más peso a otras sub tramas aburridas. Sólo recomendada para los fans de la música pop y las comedias americanas de universidades, con humor acido.