En México no existe un star system ni grandes estudios millonarios. En nuestro país la forma de levantar proyectos es casi una misión imposible, pero existe una productora mexicana que ha intentado hacer las cosas diferentes. Se trata de Lemon Films, propiedad de los hermanos Rovzar, quienes desde 2003 realizan cine de género, ya sea de acción, terror o ciencia ficción. Aunque han tenido tropiezos, hay que reconocerles su valentía y compromiso para realizar lo que bien podríamos llamar, según nuestros recursos, «súper producciones mexicanas.»
En esta ocasión llega a cines uno de sus mejores filmes: Mexican Gangster (antes conocida como El Más Buscado y El Charro Misterioso). Está de más recordar los múltiples problemas que tuvo la producción, sólo queda decir que estamos ante una interesante historia real, de esas que superan la ficción.
Mexican Gangster está basada en la vida de Alfredo Ríos Galeana (Tenoch Huerta), el ladrón de bancos más prolífico en la historia de México y todo un artista. Además de ser el mejor para robar, era un cantante de música ranchera por las noches. Sus asaltos, personalidad, fugas y la competitiva e intensa relación que sostuvo con el policía que finalmente logró detenerlo (Marco Pérez), forman el intrigante retrato de un criminal que se convirtió en leyenda.
Al desarrollarse en los años ochenta, el film cuenta con un estupendo diseño de producción que, complementado con la fotografía de Tonatiuh Martínez, nos transporta a esos años. Aunque pocas, las secuencias de acción demuestran que en México sí podemos realizar este tipo material.
Así, el director José Manuel Cravioto orquesta un thriller policiaco de robos con toques de biopic, sacando lo mejor de su elenco. Tenoch Huerta, Marco Pérez y Noe Hernández sostienen el film, por ahí Gerardo Taracena se siente un tanto desperdiciado y Paola Núñez es el eslabón débil del elenco, pero al menos se le nota el esfuerzo.
En conclusión, estamos ante una película visualmente infalible con el correcto balance entre entretenimiento y una buena historia. Faltan minutos que ahondaran más en la figura del policía némesis del charro misterioso, y tal vez desarrollar un poco más al personaje de Noe Hernández (el mejor amigo del protagonista), pero aún así, es muy recomendable.