Victoria (Laia Costa, intensa pero encantadora) es una chica catalana que no lleva mucho tiempo viviendo en Berlín. La conocemos saliendo de un pequeño bar, acompañada de un grupo de chicos liderado por el carismático Sonne (Frederick Lau), a través de la madrugada berlinesa. Entre ellos hablan en inglés pues Victoria no domina el alemán. Se acaban de conocer y con ellos seremos testigos, en tiempo real y sin parpadeos, de la noche que cambiará sus vidas.
Victoria es la cuarta película del también actor alemán Sebastian Schipper, quien meses después del éxito Birdman usa también el plano-secuencia como gimmick estandarte. La película – de 140 minutos sin cortes y con un ritmo vertiginoso y plagado de acción – es contada en un plano secuencia perfectamente orquestado desde la perspectiva de la protagonista, quien después de una agradable noche con Sonne y sus amigos, de la cual debe huir para descansar antes de ir a trabajar, se ve involucrada en una serie de eventos que llevarán su ordinaria vida en una espiral de crímenes y malas decisiones. O sea, una simple noche de copas se torna en una pesadilla.
Aunque la cinta ocasionalmente deriva en decisiones tan irracionales de sus personajes que rayan en lo increíble, restándole puntos al resultado final, se trata de una opción emocionante. Nunca deja de mostrarse orgullosa de su propuesta técnica (adornada por un excelente trabajo de fotografía), pero tampoco permite que ésta le robe reflector a una interesante y cardiaca historia. La naturalidad de sus excelentes actuaciones no tardan en cautivarnos e involucrarnos con sus frágiles personajes, víctimas de una secuencia de actos que nos muestra, a detalle y sin descanso, el engranaje de una noche sin vuelta atrás.
En Cartelera: Viernes 16 Octubre 2015: Cinépolis, Cinemex, Cineteca Nacional.