El “Viernes Negro” (Black Friday) es una tradición nacida en Estados Unidos que – con las nuevas tecnologías – ha llegado hasta México, convirtiéndose en parte de las estrategias comerciales de varias empresas. En su país de origen, el Black Friday se define como el día que da inicio a la temporada de compras navideñas. Se ha convertido en la fecha de las rebajas por excelencia, con tiendas departamentales o inclusive en línea reduciendo sus precios hasta en un 80%.
Con este pretexto es que armo un listado de películas que se desarrollan en los centros comerciales, convertidos estos días en campos de batalla de los que esperamos nadie resulte herido.
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Bad Santa (Terry Zwigoff, 2003)
Con un guion de Glenn Ficarra y John Requa (Crazy Stupid Love), revisado por los hermanos Coen, el segundo largometraje de ficción del genial Terry Zwigoff nos cuenta la historia de Willie (Billy Bob Thornton, hilarante y anárquico), un Santa Claus de centro comercial con un serio problema de alcoholismo y una debilidad por las mujeres que gusta saciar en los vestidores de las tiendas departamentales.
Willie es vulgar, se orina encima de sí mismo frente a los pequeños y pasa el día entero alcoholizado con la barba falsa bañada de vómito. Junto a su pequeño colega Marcus (Tony Cox), la fachada de mugroso Santa le sirve al protagonista para monitorear (con más fracasos que éxitos) el lugar y así poder preparar un gran robo. Pero la aparición de un niño obeso hará que Willie descuide su coartada, poniendo su vida criminal en peligro y su fragilidad emocional al descubierto.
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Crimen Ferpecto (Álex de la Iglesia, 2004)
Rafael (Guillermo Toledo) es un hombre guapo, distinguido, ambicioso y uno de los principales aspirantes a convertirse en el nuevo jefe de ventas en la tienda departamental más grande de Madrid. El rival a vencer es Don Antonio (Luis Varela), un vendedor experimentado de la “vieja guardia” que hará lo imposible por quedarse con el puesto. Rafael asesina a Don Antonio y, de la masacre, sólo existe un testigo; Lourdes (Mónica Cervera, exquisita), la chica más fea de la tienda departamental, quien se ofrece para ayudarlo a deshacerse del cuerpo.
Apenas Rafael consigue su objetivo, la manda al olvido mientras él disfruta una vida de ensueño hasta que, harta de ser ignorada, Lourdes decide comenzar un juego de chantajes emocionales y sexuales contra él. Con tintes hitchcockianos pero con la visión oscuramente cómica que caracteriza a Álex de la Iglesia, es una de sus joyas injustamente olvidadas.
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Dawn of the Dead (George A. Romero, 1978)
¿Una crítica a la sociedad y el enajenamiento? ¿Un clásico de la serie B? ¿Un mero divertimento? Hay muchas lecturas de la película original que posicionó a Romero como una eminencia en el cine de zombies pero, hasta ahora (37 años después), sobrevive a la prueba del tiempo por su cercanía con la realidad y sus analogías alrededor de la misma, no obstante su improbable escenario.
En medio de un Estados Unidos agitado social, política y culturalmente durante los setenta, la ciudad de Philadelphia es víctima de un brote aparentemente epidémico que está haciendo que los muertos cobren vida y vuelvan a caminar la tierra con hambre de carne humana. Un festín gore que nunca pasará de moda.
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Mallrats (Kevin Smith, 1995)
Como Quentin Tarantino y Richard Linklater, Kevin Smith fue uno de los precursores del cine DIY (Do It Yourself) de los noventa en Estados Unidos. Su ópera prima Clerks (1992), no sólo fue una sensación en Sundance sino que, de la noche a la mañana, convirtió al otrora nerd en el amo y señor de la comedia americana. Clerks era una honesta comedia punk cimentada en el aburrimiento suburbano, una verdadera joya.
Miramax se emocionó con el talento de Smith y le dieron rienda suelta a su segundo proyecto, mismo que se vio apresurado a terminar antes que pasara un año. El resultado es una fallida película collage conformada por pequeños sketches que se desarrollan en un centro comercial. El guión, las actuaciones y la estética muestran a un director rebasado por la fama y la responsabilidad de su primer éxito. Ninguna joya pero sí una curiosidad.
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Observe and Report (Jody Hill, 2009)
Más o menos de la misma escuela de improvisación de Judd Appatow, aunque con menos decoro, el director Jody Hill hace ver a Paul Blart como un pelele. Seth Rogen es Ronnie, un trastornado soñador, wannabe y bueno para nada que trabaja como guardia de centro comercial donde, además de acosar sexualmente a una empleada de una tienda departamental (Anna Faris, espléndida como white trash), sacia su sed all american de sangre extranjera haciendo bullying a empleados indios, latinos o discapacitados.
Cuando la amenaza de un ladrón se cruza con la investigación de un exhibicionista en los estacionamientos, la llegada de un experimentado y atractivo detective (Ray Liotta) pone la estabilidad emocional de Ronnie al límite, llevándolo a una secuencia de inapropiadamente divertidas situaciones llenas de mal gusto, violencia y absoluto desenfreno.