David Bowie es atemporal. Dentro de una ola de nuevos grupos musicales que muestran siempre lo mismo, Bowie sobresale por mucho de esa masa fashionista. Y no debe sorprendernos porque siempre lo ha hecho.
Después de mirar el cortometraje/video del nuevo sencillo titulado «Blackstar» lo comprobarán. El director Johan Reneck ha captado la esencia natural de un Bowie siempre creativo e innovador. Recuerdo cuando apareció el sencillo «Little Wonder» y toda la prensa amarillista lo atacaba por donde podía. En los noventa no se escuchaba esa mezcla entre rock y drum and bass como lo implemento el cantante de los ojos claros; era una época donde sólo tenía que ser rock o electro, y esa mezcla los saco de sus conceptos frígidos.
En «Strangers When We Meet» lo vemos como espectadores en una obra de teatro, genialidad de interpretación actoral y musical. Si tratáramos de de compararlo visualmente parece una mezcla entre otras joyas como es «Closer» de NIN y» No Excuses» de Alice in Chains. Todo un arte que dejó de hacerse desde hace mucho tiempo en los video musicales. Hay excepciones pero mínimas.
Ahora con ★ vemos a un Bowie de casi 70 años pero innovador y no simplemente eso, firme con lo que quiere hacer y fuera de las tendencias. Creador de ideas y hasta crítico de creencias y movimientos sociales, lo hace con clase y sutilmente. Un ejemplo, los tres espantapájaros colgados en una cruz representan un concepto religioso voraz y hasta terrorífico. La percepción es otra de sus virtudes, un cielo de estrellas con miles de interpretaciones.
Disfuten de 10 minutos de un cortometraje tan bello como la misma interpretación de «Blackstar», nuevo sencillo que parece dividirse en dos melodías diferentes. Maestro.