Cuando el espectador iluso pretendía salir muy desde el fondo nuestro para decir que Always Accountable, el sexto episodio de la nueva temporada de The Walking Dead había estado tranquilo y esperanzador, bastaron los últimos cinco segundos para cambiarlo todo. Después de haber iniciado con gran intensidad y de lleno, la serie ha bajado un poco el ritmo en sus últimos dos episodios, aunque pareciera que en esta recta final (recordemos que quedan dos episodios de la primera mitad de la sexta temporada, que regresará hasta febrero) van a dejarnos comiéndonos las uñas todas las fiestas decembrinas.
En esta ocasión, el capítulo se centra en Daryl, Abraham y Sasha, el trío de personajes encargados de alejar a la horda de muertos vivientes por varias decenas de kilómetros, y que habían pasado prácticamente desapercibidos esta temporada. Luego de alejar a los walkers la distancia indicada, intentan regresar pero se ven perseguidos a tiros por un grupo desconocido y se separan, soledad que a los tres les viene bien, y que además les deja advertidos de un nuevo enemigo.
La mayor parte del capítulo sigue a Daryl quien, para perder a sus perseguidores, se pierde en el bosque. Ahí encuentra a un pequeño grupo de sobrevivientes (que pasan sin pena ni gloria) que le confunde con alguien que quería hacerlos regresar a su comunidad, y esto al parecer prepara el terreno para el mayor enemigo que Rick y su grupo enfrenta, por lo menos en los cómics: Negan, quien al parecer será interpretado por el actor Jeffrey Dean Morgan.
En tanto, Abraham y Sasha deciden esperar en un edificio a Daryl, por tratarse de un rastreador irrastreable a quien sólo se puede encontrar esperando. Aunque Sasha pasa prácticamente a tercer plano, el conflicto interno de Abraham parece que llega a su clímax aquí al hacer contacto con una caja con munición RPG, y un lanzador que seguramente tendrá su momento protagónico en algún punto de esta temporada.
Aunque el hecho de que Daryl perdiera su preciada ballesta y pudiera regresar junto a Abraham y Sasha a casa da de qué hablar, insistimos en que esos últimos segundos, muy tramposos, cambian nuestra expectativa de qué es lo que veremos el siguiente episodio. ¿Era Rick pidiendo ayuda por el radio? O, aún mejor: ¿era Glenn dando señales de vida, al fin? Esperamos saber pronto, aunque la incertidumbre sobre Glenn pareciera querer compararse con el fenómeno Jon Snow de Game of Thrones.