Sin más rodeos, Glenn salió caminando de la experiencia suicida con Nicholas. Esperábamos algo más dramático en un principio, aunque quizá todo sea aún más oscuro de lo que parece, dado que en «Heads Up» (el séptimo capítulo de la excitante sexta temporada de The Walking Dead) se dan guiños de lo que podría ser una gran tragedia.
Vamos a remitirnos a esos desconcertantes últimos cinco minutos del episodio anterior. ¿Qué pasó ahí? Una voz, que ilusamente creímos que sería de Glenn en problemas, pide ayuda. Sin embargo, ahora hemos comprobado que no es así, por lo menos hasta el momento.
Durante varias reseñas (sobre todo de los primeros capítulos) hablamos del enriquecimiento que da segmentar la historia no solamente enfocándose en distintos personajes, sino diferentes tiempos. Esto nos lleva a que aquella moribunda solicitud de auxilio del sexto episodio sea en realidad de alguien de la comunidad de Alexandria, y cuya voz se parece mucho a la de Rick, por lo que podemos esperarnos lo peor.
Por otra parte, y aquí es punto para los del casting, ¿dónde encuentran a esos actores que ya odias con tan solo verlos? Sí, hablo de Ron, el odioso hijo de Jessie quien pide una lección de tiro con Rick y Carl, a quien vemos robar munición de la armería y, por si fuera poco, en el momento climático del episodio se le ve siguiendo a Carl. Últimamente, en The Walking Dead las cosas no son lo que uno esperaría, pero no deja de ponernos nerviosos tener a alguien así paseándose con un arma.
Después del acto de estupidez de la semana con Spencer colgando de una cuerda, el foco que en verdad nos preocupa es el de Morgan, Carol y el cautivo de The Wolves. Con Morgan dudando de su filosofía en la que «toda vida es preciada», ese debate interno entre dejarlo vivo y asesinarle puede ser la diferencia, sobre todo ahora que Alexandria parece estar condenada.
Este devastador panorama, sugerido durante todo el capítulo con la Iglesia cayéndose poco a poco (metáfora de todo y nada, no lo sabemos) al parecer ha sido del conocimiento de Deanna, la gobernadora de Alexandria. A los planos que entregó a Michonne habría que ponerles más atención pero algo pasa ahí. Con los muros derribados, quizá por primera vez desde que inició la temporada tengamos a todos luchando juntos.
Recuerden que sólo nos queda un capítulo antes que The Walking Dead tome su habitual receso de media temporada, y aunque nos gustaría decir que no queremos más incertidumbre, es probable que la haya.
En resumen:
Lo que nos latió:
– Glenn y Enid. Al parecer no habían compartido pantalla o lo habían hecho muy poco pero nos gusta la química y posible alianza entre este par.
– La Iglesia derrumbándose. Tan representativo.
– Carol. Suspicaz y alerta, como siempre, no importa qué haga.
– Rick y Morgan. Quizá la diferencia de ideales termine por separarlos o matar a uno de ellos.
Lo que no nos latió:
– Éste es uno de esos capítulos que parecieran más preparativos para uno más trascendente; por ello, puede caer un poco en lo tedioso.
– Ron. Odioso de principio a fin.