Todo se derrumba, poco a poco. Con esta sensación nos deja un nada alarmante quinto episodio de The Walking Dead, que en su nueva temporada nos ha dado más de una grata sorpresa. En «Now» asienta los nervios de sus espectadores y prolonga su incertidumbre.
Para quienes esperábamos alguna señal de humo de Glenn, o por lo menos la certeza de saber si esos intestinos eran suyos o no, seguiremos así por lo menos una o quizá dos semanas más. Toda la acción de este capítulo toma lugar en una Alexandria cada vez más débil y paranoica, en la que sus habitantes van rindiéndose uno a uno, aunque existen otros tantos que intentan mantener la cordura en medio del caos.
Con un fantástico inicio, en el que Rick atraviesa la multitud de walkers atraídos por las bocinas del apocalípsis, todos han quedado acorralados. Nos gusta la inevitabilidad de lo que los personajes refieren como “el fin del mundo”, la sensación claustrofóbica de que no hay salida. Ese mundo ficticio ya no pertenece a la civilización que conocemos, y si no te has enfrentado a él, pereces.
El derrumbe más representativo es el de Deanna. La supuesta líder de Alexandria, quien en realidad no ha tomado mucho protagonismo, muestra lo mismo un pesimismo trágico que un intento de levantarse para que las personas a su cargo no sucumban ante los miles de muertos vivientes que golpean los muros de su refugio. Además, los misteriosos planes que hace aquí y allá en un plano de este muro nos hacen pensar lo peor de ella, lo que confirma que en esta serie el peor enemigo de un ser humano es otro.
Hablando de gente rindiéndose, el abandono de Maggie es el que más enfureció a algunos. Prefirió convencerse que Glenn ha muerto, sin más, y tras un torpe paseo por una salida alternativa de Alexandria prefirió desistir de la labor de buscar al padre de su hijo. Triste, pero inteligente de su parte.
Por otra parte, no importa cuán caótico sea el escenario, siempre habrá tiempo para unos besos. Así lo muestran tanto la doctora debutante Denise (quien tomará un mayor protagonismo, sin duda) y lo que pensamos que será el comienzo de una relación con Tara, y Rick, quien hace lo propio con Jessie. Algunos roces de Carl con el hijo de Jessie (y eso que no saben que podrían ser medios hermanos de ahora en adelante) y habitantes alexandrianos suicidándose aquí y allá, este ha sido el episodio más flojo de la nueva temporada hasta ahora.
En resumen:
Lo que nos latió:
– Panorama pesimista de Alexandria. Habitantes cortándose las venas y queriendo devorar todos sus alimentos ante “el inminente fin del mundo”. No sabemos si nos causa gracia o pena, pero nos gusta.
– Escena inicial. Fue magnífico ver a Rick correr derribando a los walkers. Secuencia bien lograda.
– Protagonismo de Maggie y Deanna. Sólo porque no habían salido a cuadro mucho en esta temporada.
Lo que no nos latió:
– El ritmo del episodio. Pues sí, con cuatro excelentes capítulos repletos de acción y drama, nos malacostumbraron y este capítulo de relleno no gustó demasiado.
– Los romances. No es por ser amargados, pero son un poco innecesarios. Quizá hagan más trágica la muerte de los amantes, pero en este capítulo no dieron mucho de qué hablar.