La distribución cinematográfica es un problema mundial que se hace aún más complicado en países como el nuestro, donde los cines son entregados a la maquinaria de Hollywood (ya ni es queja, simplemente decimos los hechos). Por ende, cada año tenemos que depender de festivales cinematográficos, formatos caseros o, no vamos a mentir, la piratería; tampoco es queja, porque disfrutamos la búsqueda por esas joyas del cine mundial que, por su bajo perfil, nunca llegaron a nuestros cines a pesar de merecerlo. A continuación listamos 10 películas grandiosas que nunca pudimos ver en la pantalla grande en México.
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A Hard Day (Seong-Hun Kim, 2014)
El cine surcoreano sigue siendo el rey en cuanto a thrillers se refiere. Un policia corrupto vive el peor dia de su vida: atropella a una persona y una investigacion está a punto de exponer sus movidas. Todo esto a la par de la extorsion de un misterioso espectador que fue testigo del asesinato. Llena de tensión y adrenalina de principio a fin, mejor verla de una vez antes que le hagan su remake en Hollywood. (Rubén Martínez Pintos)
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Bone Tomahawk (S. Craig Zahler, 2015)
Mientras varios están esperando cierto western de cierto director que tiene a Kurt Russell en el reparto, este último participó ya en una de las mejores cintas recientes del género. Con diálogos muy pulidos y un ensamble de actores pequeño pero bien dirigido, Bone Tomahawk nos da numerosos argumentos para entender por que el western sigue siendo un género vital que jamas desaparecerá de las pantallas de cine. (Rubén Martínez Pintos)
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Der Samurai (Till Kleinert, 2014)
Considerando las tomadas de pelo que nos quieren vender como “cine artístico europeo” por estos rumbos (te estoy viendo Goodnight Mommy), es refrescante encontrar una cinta de esas latitudes con genuina calidad. El tipo de cine transgresor e innovador que debe ser la regla en todo festival, no la excepción. La opera prima de Kleiner es una inusual fábula oscura que explora un tema también muy gastado en el circuito de festivales, pero de una manera astuta y memorable. (Rubén Martínez Pintos)
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Electric Boogaloo: The Wild, Untold Story of Cannon Films (Mark Hartley, 2014)
Tras explorar el legado del cine de explotación australiano (Ozploitation) y filipino, Mark Hartley aborda a otros reyes de la serie B: la productora Cannon Films, en especial durante su etapa a cargo de Mehahem Golan y Yoram Globus. Hartley tiene bien definido su estilo y este documental es prácticamente una calca de Not Quite Hollywood (no por nada comparten el «Wild, Untold Story of» del título); esto no es queja, al contrario, es un estilo dinámico adecuado para acompañar los relatos sobre extravagantes cintas de Cannon como The Apple, Breakin’ y Death Wish II. De igual importancia, por cierto, el reconocimiento a Cannon como impulsora de cine de autor. (Eric Ortiz García)
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Ex Machina (Alex Garland, 2015)
Lanzada directamente a Blu-ray/DVD en México, esta obra de ciencia ficción no es de lo más innovador en cuanto a su exploración de la inteligencia artificial, pero no necesitar serlo para ser de lo más intrigante del año; brillante decisión de colocar las acciones en una desolada locación con un reparto mínimo. (Eric Ortiz García)
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Lost Soul: The Doomed Journey of Richard Stanley’s Island of Dr. Moreau (David Gregory, 2015)
Documental imprescindible para entender lo brutal que puede llegar a ser el cine industrial. Un cineasta joven, verdadera promesa, consigue dar el salto de las producciones independientes a Hollywood (Richard Stanley tras Hardware y Dust Devil), para así poder concretar un proyecto soñado: la gran adaptación de la novela Island of Doctor Moreau, favorita del director desde pequeño. Su visión única y excitante del clásico relato (perfectamente expuesta por David Gregory) pronto pasará a ser lo menos importante en una caótica producción, en la que (principalmente) los egos y la verdadera locura de Marlon Brandon y Val Kilmer tendrán más impacto que cualquier cuestión artística. La verdad detrás del fiasco de Island of D. Moreau resulta increíble. (Eric Ortiz García)
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Son of Saul (László Nemes, 2015)
El año es 1944 y Saul (Géza Röhrig) es un prisionero judío que evade la muerte gracias a su traicionero modo de vida. Encargado de vaciar las cámaras de gas donde el resto de judíos encuentran la muerte, Saul reencuentra su lado humano cuando busca rescatar a un agonizante niño, a quien asume como su hijo para reivindicar su alma atormentada. Filmada casi en primera persona, exacerbando así la claustrofobia del encierro, Son of Saul es imperdible. (Gonzalo Lira)
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SPL 2: A Time for Consequences (Pou-Soi Cheang, 2015)
La triste realidad del cine de artes marciales de Hong Kong es que el publico chino a perdido el interés. La falta de renovación de estrellas, entre otros factores, han desplazado a uno de los géneros más emblemáticos fuera de las pantallas chinas. Esta secuela espiritual de la cinta que protagonizaran Donnie Yen y Sammo Hung hace 10 años logró ser una excepción a esta nueva regla, logrando una considerable taquilla y probando que aún hay talento para este género. El guión dependerá de muchas coincidencias, pero la tercia de artistas marciales conformada por Wu Jing, el tailandés Tony Jaa y el ascendente Max Zhang, hacen de SPL 2 un deleite total. (Rubén Martínez Pintos)
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Taxi (Jafar Panahi, 2015)
El controversial director iraní, a quien el gobierno de su país le tiene prohibido filmar, se arma de un taxi (que él mismo conduce) y un par de cámaras go-pro para, como si de un documental se tratara (aunque es evidente la intencionalidad y coreografía de sus secuencias), contar pequeñas historias que involucran a desconocidos y familiares por igual. Son las conversaciones y situaciones que surgen una tarde al volante de un taxi las que logran deshebrar el tejido de una sociedad que, con su puntual exposición, se vuelve más comprensible ante nuestros ojos. (Gonzalo Lira)
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The Lobster (Yorgos Lanthimos, 2015)
Situada en un futuro distópico donde las relaciones interpersonales son víctimas del escrutinio institucional y la burocracia, el quinto largometraje de ficción del griego Yorgos Lanthimos nos cuenta la llegada de David (Colin Farrell en el mejor papel de su carrera) a un resort donde los solteros son enviados para conocer a alguien e intentar establecer una relación afectiva o, en su defecto, ser convertidos en el animal de su elección. Una seca comedia incómoda con una puntual crítica a nuestra decadente forma de relacionarnos. (Gonzalo Lira)