Los remakes adquirieron más fama en Hollywood en las últimas dos décadas, pero la verdad es que han sido recurrentes a lo largo de la historia del cine. Si una película goza de cierto éxito o tiene una basta legión de aficionados, es casi un hecho que pronto algunos productores, deseosos de dinero fácil, querrán hacer su remake.
En general, ningún remake tiene una buena razón de ser; es reciclar una historia por motivos económicos, aunque su aparente objetivo sea mejorar la obra original (lo cual casi nunca ocurre). El principal problema de los remakes es que son proyectos oportunistas e incluso algunas veces carecen de respeto por los productos originales.
Claro que hay excepciones a la regla, como Scarface (Brian de Palma, 1983), The Departed (Martin Scorsese, 2006) y The Hills Have Eyes (Alexandre Aja, 2006), pero la mayoría son innecesarios, como el nuevo remake de la extraordinaria El Secreto de sus Ojos de Juan José Campanella. Es por eso que a continuación presentamos una lista de 10 remakes que poco o nada aportaron a las originales, no hacen más que demostrar lo inútil de estos reciclajes.
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Psycho (Gus Van Sant, 1998)
Jamás se entenderá qué pensaban el productor Brian Grazer y el director Gus Van Sant cuando decidieron hacer una copia plano por plano de la insuperable película original de Alfred Hitchcock. Vince Vaughn como Norman Bates es uno de los peores castings en la historia del cine; ¿a quién se le ocurrió que este cómico podía ser una buena opción?
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Quarantine (John Erick Dowdle, 2008)
[REC] de Jaume Belaguero y Paco Plaza revolucionó el cine de terror en 2007, por ende Hollywood produjo su remake un año después. Como casi siempre, el producto está bien filmado pero carece de alma; su única diferencia es el elenco y el idioma hablado, pero el impacto que provocó la cinta española aquí se pierde totalmente.
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The Omen (John Moore, 2006)
Otro remake en la línea de Psycho de Gus Van Sant, aunque aquí su intención era modernizar la original y causar más impacto en las nuevas generaciones que consideran viejo y aburrido el film original. Aunque se vale de la nueva tecnología y un elenco competente, nunca logra despegarse de la enorme sombra de la cinta de 1976; no aporta nada al relato del diabólico niño Damien y su tono videoclipero no le ayuda en nada.
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Brick Mansions (Camille Delamarre, 2014)
Una de las justificaciones para reciclar historias de cintas extranjeras es precisamente el hecho de filmarla en inglés. En este caso, el filme original no tiene absolutamente nada que se le pueda mejorar, ni siquiera es tan viejo (salió en 2004). La única otra diferencia aparte del idioma es la aparición de Paul Walker, porque incluso el otro protagonista es el mismo de la versión francesa (David Belle).
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Poltergeist (Gil Kenan, 2015)
Aunque nadie lo pidió, este año se estrenó el remake de Poltergeist, el cual ni siquiera puede competir con recientes cintas efectivas de casas embrujadas como The Conjuring (James Wan, 2012) e Insidious (James Wan, 2010). Un producto frío, sin alma y ridículo, en el que los únicos cambios notables son el color de cabello de la niña protagonista y el sexo del médium que exorciza la casa de los protagonistas.
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RoboCop (José Padilha, 2014)
No es un remake malo, pero con el antecedente de una increíble cinta previa se quedó a medio camino. Igualar la crítica social, violencia y diversión de la original era imposible; y aunque José Padilha se esfuerza bastante, su versión para adolescentes y adultos pierde la garra que la original tenía a montones. Aún así, los efectos visuales brindan un buen espectáculo y podríamos decir que es una interesante cinta de acción contemporánea.
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The Karate Kid (Harald Zwart, 2010)
Aquí se metieron con un clásico favorito de toda una generación, lo que desde un principio la puso contra las cuerdas. Aunado a que el protagonista es el antipático y desangelado hijo de Will Smith (Jaden Smith), se nos entregó una cinta carente de todo el encanto y frescura de la versión original. Aunque Jackie Chan realiza una excelente interpretación, siendo por mucho lo mejor de este remake, no pueden safarse en ningún momento del grandísimo recuerdo que significa la anterior. Si la versión ochentera no existiera, este remake correría con mejor suerte.
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Total Recall (Len Wiseman, 2012)
Parece que en Hollywood les gusta realizar remakes de cintas de Paul Verhoeven. En este caso el aspecto visual se mejora en muchos aspectos, pero todo se siente vació, un espectáculo sin sustancia con un elenco que nada tiene que hacer ante el original. El principal error de este tipo de remakes es que se quieren tomar demasiado en serio, cuando sus contrapartes ochenteras sabían bien el terreno que pisaban y sus pretensiones no eran más que entretener.
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Oldboy (Spike Lee, 2013)
Una vez más un remake hecho sólo 10 años después del estreno de la cinta original, una de las máximas joyas que el cine asiático ha brindado en los últimos 30 años. Spike Lee mantiene la perversidad y la violencia del relato, pero todo luce más caricaturesco y menos ambiguo. Lee se esforzó en entregar un final más impactante, la realidad es que no sorprende a nadie, aunque no se haya visto la primera.
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The Amazing Spider-Man (Marc Webb, 2012)
Gracias a este listado hemos encontrado una constante: si una cinta buena o mala ha cumplido 10 años, para Hollywood es tiempo de hacerle un remake.
La trilogía original de Spider-Man fue un éxito de taquilla, y quitando la tercera parte, también funcionó con la crítica. Sin embargo, el estudio Sony no ha tenido muchos éxitos en lo últimos años y para no perder los derechos del arácnido (aunque ahora ya doblaron las manitas ante Marvel) decidieron inútilmente hacer una nueva versión y comenzar de cero.
Ahora les llaman “reboot”, pero sea como sea es un reciclaje más. De hecho, tras sólo dos entregas, ya decidieron volver a empezar la saga del Hombre Araña próximamente.