Condenada injustamente a lo más profundo de los botaderos, Citizen X (Chris Gerolmo, 1995) se trataba de un efectivo thriller basado en el célebre caso de Andrei Chikatilo “El Carnicero de Rostov” y sus más de 50 escabrosos asesinatos cometidos durante los años ochenta en la Unión Soviética; el cual prescindía de los artificios propios del género (sangre, adrenalina y misterio) narrándolo desde el punto de vista de un médico forense convertido circunstancialmente en detective, dando como resultado una propuesta seria y madura dentro del fascinante universo fílmico de los serial killers.
Mientras tanto, en la película italiana Evilenko (David Grieco, 2004), el mismísimo Malcom McDowell interpretaba a Chikatilo, en un relato que indagaba en los recovecos de su psique. Por su parte, la desastrosa Child 44 (Daniel Espinosa, 2015) – adaptación de la primera parte de la exitosa trilogía escrita por Tom Rob Smith e inspirada parcialmente en el citado criminal – presentaba a Tom Hardy fingiendo acento ruso como un militar disidente en el burocrático y paranoico gobierno stalinista en cuyo camino constantemente coincidía un meticuloso asesino de niños, creyéndose M, el Vampiro de Moscú, ello dentro de un caos de sub-tramas inconexas.
Valga el breve recuento ya que en Ghoul (Juegos Demoniacos), fenómeno de taquilla proveniente de República Checa, se retoma de forma curiosa la figura de Chikatilo y se inserta en una historia que combina antropofagia, espiritismo y mitología rural desde la óptica del found footage.
Así, el segundo filme del también actor y stuntman Petr Jákl tiene como protagonistas a los arquetípicos estudiantes de cine entusiastas pero ingenuos que deciden arrebatadamente gastar todos sus ahorros con tal de terminar un anhelado primer documental. En este caso son un trío de estadounidenses que viajan a Kiev para investigar los casos de canibalismo que se dieron durante el Holodomor – el conocido genocidio por hambruna que asoló a Ucrania en 1932 por la negativa de participar en la colectivización agrícola propuesta por Stalin – y que en medio de testimonios intrascendentes y roces constantes por la personalidad de cada uno, conocen de forma accidental a un misterioso hombre que estuvo en prisión 15 años por una serie de asesinatos (mismos que adjudica a haber estado poseído por una fuerza sobrenatural). La invitación que éste les hace a su casa, una cabaña enclavada en la nada, y una ouija ya presagian hacía dónde se dirige la trama.
Resulta candorosa la manera en que el realizador explota los rudimentos del found footage como si no conociera todas las películas que le precedieron. Sí, ahí está el personaje otrora escéptico que se extravía durante la noche en el bosque sosteniendo temblorosamente una cámara, los objetos que se mueven sin explicación, los ruidos perturbadores, el hallazgo macabro cuando se revisa cuadro por cuadro lo grabado y el ambiente enrarecido. Ya es tiempo de entender que para el género el slogan “Basada en Hechos Reales” está totalmente devaluado.
En Cartelera: Viernes 11 Diciembre 2015: Cinépolis, Cinemex.