En 2002, el suicidio causado por el desequilibrio mental del astro de los Pittsburgh Steelers Mike Webster (David Morse) se convirtió en el punto de partida para uno de los descubrimientos médicos que más revuelo han provocado en el deporte profesional.
Siendo éste un lucrativo negocio, el diagnóstico que el caso de Webster arrojó respecto a los riesgos que los jugadores corren a causa de los impactos en la cabeza, tan frecuentes en el futbol americano, pronto convirtieron al patólogo forense detrás de dicho hallazgo (Will Smith) en el centro de un circo corporativo, médico, deportivo y mediático que poco ayudó a la imagen de la liga y sus intereses económicos; convirtiéndolo a él en víctima de las jugarretas corporativas más bajas detrás del deporte.
Inspirada en una historia real, sacada del reportaje de Jeanne Marie Laskas para la revista GQ, Concussion (La Verdad Oculta) trae a Will Smith de vuelta en su faceta más seria y adulta, aquella a la que debemos grandes interpretaciones en Ali o Six Degrees of Separation.
Smith es el médico de origen nigeriano Bennet Omalu, quien descubrió que muchos jugadores morían demasiado jóvenes y – en casos particulares como el de Webster – presentaban afecciones cognitivas completamente contradictorias a su excelente estado físico. Smith interpreta a Omalu con la sobriedad necesaria para proyectar con credibilidad la condición de hombre común que el papel le exige, ante un enfrentamiento que pronto rebasó el interés científico para convertirse en el tema de interés público que desató una batalla legal contra la maquinaria política y económica detrás del popular deporte.
El tratamiento del director Peter Landesman cae en lugares comunes y vicios propios de otros dramas legales inspirados en historias reales, pero nunca pierde nuestro interés. Gracias a la estelar pero moderada presencia de Smith y un elenco de reparto sólido (con gente como Alec Baldwin, Paul Reiser, Albert Brooks, Eddie Marsan y la excelente Gugu Mbatha-Raw), la lucha por desenmascarar el problema que cambió la cara del fútbol americano funciona, a pesar de algunas carencias rítmicas evidentes en el novel director.
Concussion es un efectivo drama que, no obstante la censura o timidez que el involucramiento de la NFL y una gran distribuidora podrían haberle impuesto, nunca se muestra tímido en el crítico comentario que le concierne.