Con un proceder por demás ingenioso, los realizadores del esperado Episodio VII de la popular saga cinematográfica Star Wars, titulado The Force Awakens (El Despertar de la Fuerza), apostaron por apelar a la nostalgia de quienes crecimos con el mito imaginado por George Lucas hace casi 40 años. Al mismo tiempo, presentan un nuevo grupo de héroes para el público joven, y esta combinación funciona a la perfección.
El día de ayer asistí a una de las funciones pre estreno de medianoche, la cual se encontraba repleta de fanáticos, algunos disfrazados de su personaje favorito de la saga; una celebración en toda la extensión de la palabra. Es difícil atender una película de estas características cuando los fans vitorean una y otra vez la aparición en pantalla de los personajes de antaño o escuchan los acordes del memorable score de John Williams. Pese a esto pudimos percibir una inteligente cinta de acción que se basa de forma devota en aquél planteamiento de la original Star Wars: Episode IV – A New Hope (tono, puesta en escena y algunas líneas argumentales son similares).
J.J. Abrams manifiesta su fascinación por el mito de Lucas, pero también le inyecta al proyecto una dosis de su propio estilo. Estimable resulta ver como este director se toma el tiempo para presentarnos a los nuevos protagonistas: Rey (Daisy Ridley), la indómita jovencita de futuro predestinado; Finn (John Boyega), novato stormtropper quien abandona las filas de los adversarios al sentirse culpable; y Poe Dameron (Oscar Isaac), hábil piloto quien no es más que la nueva versión de Han Solo. Sospechosamente, cada uno de estos personajes representan una etnia distinta, por aquello de los tiempos políticamente correctos.
El panorama político resulta parecido al del principio de la saga: La Primera Orden es el legado del Imperio, colectividad que se rige con los mismos principios oscuros, ahora comandada por Kylo Ren (Adam Driver). Este villano remite inevitablemente a Darth Vader, a su vez le tiene que rendir cuentas a un superior: un holograma de nombre Snoke, cuya voz es provista por Andy Serkis.
¿Me siguen? Hemos visto esta historia no sólo en la original sino en subsecuentes imitaciones. Se trata básicamente de la misma premisa de la primera trilogía pero con los cambios prudentes correspondientes a nuestros tiempos. Aún así, The Force Awakens provoca una experiencia por demás disfrutable por el ritmo esbozado en la historia y por la aparición de los personajes clásicos; estos insertados con juicio en el relato a pesar que sus respectivas participaciones son limitadas. Lo importante aquí es la introducción de los roles juveniles, quienes de forma evidente tendrán los protagónicos en las secuelas que se preparan.
Por otro lado, esta cinta también puede entenderse como el homenaje que Abrams realiza al boom de ciencia ficción cinematográfica surgida a finales de los setenta. Entendemos que The Force Awakens no se acerca a la originalidad de la primera trilogía, pero sí reconocemos que es un trabajo divertido y de excelente fabricación, plataforma de una nueva serie de cintas dentro de la mitología. Sólo esperamos que las secuelas cuenten con su calidad y buen gusto.