Fundada hace seis años por los actores Luis Ernesto Franco, Luis Arrieta, Ana Serradilla, entre otros socios, la compañía Los Güeros Films ha estado dando tumbos para entender las claves del cine comercial más eficaz, trocando de género película tras película hasta dar con la quimérica premisa definitiva, aquella que a la postre pueda describir el corpus de la productora.
Ya sea el cine romántico intimista y lúdico filmado en un plano secuencia con dos extraños coincidiendo en una azotea (Preludio, 2010); la comedia de humor esperpéntico integrada por disímbolos episodios (Los Inadaptados, 2011); el thriller psicológico que presenta la fantasía de secuestrar en su casa a cierto candidato presidencial digno de revistas de sociales…cof, cof… (Detrás del Poder, 2013); o la tragicomedia que pretende desacralizar a la familia según el imaginario de nuestra propia cinematografía, tal y como ocurre en El Cumple de la Abuela.
El problema de este método basado en prueba y error reside en que lo llevan a cabo actores y directores menores auto contratándose e invitando a otros amigos de forma groseramente complaciente.
En el segundo filme de Javier Colinas, por ejemplo, la comedia propuesta se compone de un numeroso elenco interpretando comodinamente a una colección de eméticos estereotipos (el escritor malogrado e inmaduro, la chica promiscua y rebelde, la hermana obsesiva, el padre mujeriego); mientras que las infidelidades, embarazos no planeados, divorcios inminentes, mentiras y equívocos que supuestamente se confesarán a lo largo del fin de semana que durará el festejo por el onomástico de la matriarca – mujer lenguaraz y siempre impertinente – en una solariega casa de Cuernavaca, se dan a conocer anticipadamente, por lo que únicamente es cuestión de esperar que un personaje lo revele ante el resto en el momento menos oportuno, ya sea en una borrachera dizque jocosa o como colofón de una cena incómoda, pero ya sin ningún asomo de sorpresa.
Resulta común que este tipo de actores y realizadores se quejen de que quienes nos envalentonamos y vamos a las funciones de prensa caigamos en el lugar común de comparar sus películas con algún sub-producto de la televisión abierta. Pero lo cierto es que tampoco hacen mucho para quitarse gradualmente ese estigma.
En El Cumple de la Abuela todo se resume en sketches con personajes entrando y saliendo de habitaciones contiguas, listos para decir algún rolling gag desafortunado, subrayar alguno de los secretos ya planteados o decir algún diálogo finalmente aleccionador, porque aunque disfuncional la familia siempre debe de esta unida, ¿no? Y así comienza un nuevo año de pesadilla para el cine mexicano. ¡Felicidades!