Aunque la delicada historia de Spotlight (En Primera Plana, Tom McCarthy) es contada de una manera enérgica y contundente, podemos distinguir dos hilos argumentales dentro de ella: el escándalo de los pederastas en Boston y el equipo de periodistas que descubrió e investigó en el caso.
Por ambas historias, la cinta puede ser realmente inspiradora en cuanto a la realización del ejercicio periodístico, así conocer qué huella dejó en quienes ejercen esta profesión es un enfoque imperdible en estos tiempos de la producción en masa de contenido.
Para ello, Cinema Móvil habló con cinco periodistas destacados para reflexionar a través de su experiencia sobre esta cinta, que – como señala el editor Walter Robinson (Michael Keaton) – es un recuerdo al mundo de la necesidad del buen ejercicio periodístico.
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Cinema Móvil: Como periodista, y específicamente desde su puesto, ¿hay alguna lección que le haya dejado la cinta?
Ana María Rosas (editora de Valores y Dinero en El Economista): «Hasta al mejor cazador se le va la liebre. Está la cuestión de que el editor, cinco años antes había recibido información del caso y no le había dado seguimiento. Todos buscan quién fue el culpable, hasta que le dicen “tú eras el responsable de Metrópoli”, y ahí reconoce que tuvo información en ese momento, pero no tuvo el tacto, el feeling, el olfato o como le quieras llamar, para darle seguimiento; mandaron la nota y dijeron “sólo hay 20 sacerdotes”, es algo que a todos nos ha pasado: tener una historia que se nos ha ido de las manos, pero nunca es tarde para reivindicarse.»
Armando Talamantes (editor de Estrategia e Innovación en Grupo Expansión): «Las lecciones más importantes pueden ser el trabajo en equipo y la visión de un “outsider”. Cuando varios periodistas trabajan de forma coordinada y simultánea, existen más posibilidades de que puedan encontrar los documentos relevantes o las personas idóneas que están buscando en un tiempo mucho más corto.
Asimismo, a veces los periodistas que llevamos demasiado tiempo trabajando en una ciudad o cubriendo una misma fuente o tema perdemos la capacidad de asombro y perspectiva, por lo que son vitales los ojos de un “periodista foráneo” como fue el caso de Spotlight.»
Juliana Fregoso (editora en SinEmbargo): «La primera es cómo a veces nosotros mismos, como periodistas, minimizamos y discriminamos algunas notas. Otra es que somos periodistas para descubrir ese tipo de cosas, que no se están haciendo bien principalmente por parte de cómo los actores ven las notas; en este caso, la cuestión de la pederastia, podemos hallar algunas similitudes entre lo que investigaba la gente del Boston Globe y la situación en México de la negación y ocultamiento de la pederastia, y la reubicación inmediata de los sacerdotes que son señalados.
«Otra lección más es que (el periodismo de investigación) finalmente nos ayuda a transformar las cosas, a construir sociedades más concientizadas sobre la importancia de la denuncia, y eso es algo por la inmediatez de las noticias o exceso de trabajo, o a los medios ya no les interesan las investigaciones de largo aliento, sino dejarlo atrás.»
Comparando el trabajo de Spotlight con el periodismo de investigación realizado en México, ¿cuáles son las mayores diferencias que podría destacar?
Elizabeth Albarrán (reportera en Valores y Dinero de El Economista): «Carencia total. No existe inversión a la investigación, no la hay de fondo; hay reporteros especiales, pero no se ve como un área oficial. Ellos (The Boston Globe) designan un equipo para empezar a investigar, como la reportera que pregunta casa por casa y la comunicación entre ellos y su editor. No hay esa exigencia de “oye, pero hoy ¿qué me vas a entregar? ¿Y mañana?”, es esa prudencia de dar tiempo a los reporteros para investigar.
«Aquí (en México) no se da eso, es la nota sobre la nota sobre la nota, y es poco lo que un reportero del día puede hacer para lograr un trabajo de investigación; algo que tome más de seis meses investigar, dudo que se haga mucho. Una excepción quizá fue La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto, pero se le dio más difusión internacional y aquí no se dijo más. Hay más libertad de empresa, que de prensa.»
Laura Cordero Melgarejo (editora en El Diario de México): «Uno, el medio para publicar. En México pocos medios, ya no sólo impreso, sino cualquier formato, se atreven a publicar golpes tan grandes que saben afectará a grandes esferas y los pocos que lo hacen sufren represalias.
Otro, el tiempo de publicación. Muchos periodistas trabajan contrarreloj. Hacen falta más equipos estilo Spotlight que trabajen de esa manera, y que además se les de los recursos suficientes para hacer una buena cobertura.
El enfrentarte al sistema burocrático en México es una pesadilla; sí, quizás nos pase que las copias, que ya cerraron ventanillas, pero finalmente lograron obtener los documentos. Aquí hay trabas sobre trabas para impedir que llegues a documentos delicados. Los procedimientos de transparencia son muy lentos, peor si te rechazan la petición.
Juliana Fregoso: «Las diferencias no pueden ser muchas cuando hay una buena investigación de por medio. La única diferencia que veo es que nosotros ya no le estamos apostando al periodismo de investigación, y en el caso de Spotlight hablamos de una investigación a la que un equipo de reporteros le dedicó muchos meses para realizarla, una unidad completa.
Aquí es difícil que se dé esa coordinación entre tanta gente, y también es difícil que un medio de comunicación destine un equipo completo a una investigación de largo aliento.»
Muchos hablan de que Spotlight es una cátedra de periodismo tanto para estudiantes, como para quienes ya lo ejercen, ¿coincidiría en eso?
Armando Talamantes: «Efectivamente, la investigación que llevó a cabo el Boston Globe para descubrir los casos de pedofilia en la diócesis y la forma como altos jerarcas de la Iglesia encubrieron a los culpables es una gran lección del periodismo valiente, crítico y persistente. El trabajo fue galardonado con el premio Pulitzer, y no solo en Estados Unidos, sino en México y otros países latinoamericanos se han realizado algunas investigaciones que también han sido premiadas y pueden servir de inspiración y modelo para las nuevas generaciones de periodistas.»
Ana María Rosas: «Yo creo que sí es cátedra de lo que te acabo de decir; primero, se trata de trabajar en equipo. Muchos chavos ahorita son muy egoístas, dicen “esta es mi investigación y yo no te la voy a dar”. Además, es necesario poder creer en tu líder, porque eso es quien encabeza el grupo de Spotlight; finalmente ellos darán un voto de confianza de porqué tienen que esperar para publicarla.»
Juliana Fregoso: «La película es muy buena, no lo voy a negar, pero yo no lo vería así. Yo diría que es parte de una serie de películas básicas para entender el ejercicio periodístico, es muy rescatable reflejar algunos de los aspectos a lo que nos dedicamos todos los días como periodistas, tenemos otras cintas muy rescatables como la que relata el destape del caso Watergate (All the President’s Men), u otra que se llama Cristal Roto (Shattered Glass) sobre cómo existen periodistas que inventan historias.»
Elizabeth Albarrán: «Sí, desde luego. Es fundamental que cualquiera que estudie periodismo vea esa película, pero lo malo es que sólo se queda como una motivación, una inspiración. El punto aquí es no desilusionarse, y no caer en los malos vicios del periodismo. Sí, a veces es triste pero se trata de mantener esa cosquilla, la curiosidad para ver las cosas, investigarlas, porque si no, no sirve de nada esta profesión.»
Laura Cordero Melgarejo: «Sí lo es. Un tema tan delicado como es la Iglesia Católica no cualquiera lo toca y poco a poco conforme avanza la investigación se dan cuenta del tamaño monstruoso del problema, y no por ello se intimidan ni se detienen; al contrario, siguen adelante. A pesar de que eso podía afectar relaciones de algunos (la reportera y su abuelita, o el jefe con su amigo abogado), es una investigación objetiva, como se pretende debe ser el periodismo.»