En todas las partes del mundo, las mujeres nacen de igual manera que los hombres, pero conforme crecen, la sociedad misma va relegándolas y discriminándolas por su género. Obviamente hay países en el mundo donde este trato es más alarmante, medio oriente es probablemente uno de los lugares más retrogradas en este aspecto. ¿Qué mejor que el espejo del séptimo arte para denunciar una situación tan alarmante como lo es el atropello de la libertad y los derechos naturales del género femenino?
No todos los directores suelen lograr su objetivo de retratar la realidad social en la que viven, algunos corren con suerte y pueden plasmar con toda la libertad las injusticias que se viven en su entorno, otros sufren de la censura que les impide dar un retrato honesto. Afortunadamente, la directora turca Deniz Gamze Ergüven pertenece al primer grupo gracias a Mustang (Mustang Belleza Salvaje), documento fílmico con mucha validez para nuestros días.
En un pequeño poblado al norte de Turquía, cinco hermanas de edades entre los 12 y los 16 años terminan su periodo escolar, lo que significa darle entrada al verano. Para festejar van a la playa con algunos chicos, compañeros de la escuela; todo son risas y juegos inocentes sobre las olas del Mar Negro, sin embargo, ese será el último día en que vivan esa etapa tan bella que es la niñez. Una vecina inicia un rumor de que los juegos inocentes no lo eran tanto, lo que detonará una bomba dentro de la casa de las niñas, pues su abuela y tío las encierran durante todo el verano y, por si fuera poco, su familia decide cuando deben casarse y con quién.
Vista desde la perspectiva de la más pequeña de las hermanas, el retrato sobre las injusticias y el machismo de la que son victimas las mujeres en esa región del país constituye un filme de indudable validez histórica, narrativa y con un gran mensaje; pase lo que pase, los hermanos y hermanas siempre estarán ahí con el corazón en la mano para ayudarse mutuamente.
Contrario a lo que se podría pensar, la cinta coquetea constantemente con el humor, y a pesar de ser un retrato de un acto reprochable, la directora se las arregla para presentar un desarrollo dinámico y fluido, sustentado principalmente en el gran carisma de las cinco hermanas (sobresale la más pequeña, quien lleva la batuta con su voz en off).
Lo que comienza siendo una visión amable y cómica por momentos, se transforma gradualmente en un discurso mucho más profundo e interesante, con algunos tintes trágicos hacía su final. Gamze Ergüven tiene la habilidad de jamás hacer pesada su historia, ni caer en escenas amarillistas o de excesivo dramatismo; es gracias a su ligereza que la película alcanza una nota tan alta, la cual se ha visto recompensada con una más que merecida nominación al Oscar por Mejor Película Extranjera.
En conclusión, estamos ante un film que toca un tema difícil y polémico, pero gracias a un relato ligero y hábil, se hace ameno. Aunque no deja de estrujar con sus últimos diez minutos, la mayor parte del tiempo es bastante divertida, realista y conmovedora, guardando algunas similitudes con The Virgin Suicides (Sofia Coppola, 1999), aunque Mustang es más amable y esperanzadora.