Probablemente todos en el mundo – o al menos la gran mayoría – conocen Pride and Prejudice (Orgullo y Prejuicio), obra de la novelista británica Jane Austen, en la que se narra una historia romántica de época que tiene como figuras centrales a Elizabeth Bennet y Fitzwilliam Darcy. En 2009, el autor y guionista Seth Grahame-Smith sorprendió al mundo con una disparatada reinvención literaria en la que los muertos vivientes se hacen presentes en la campiña inglesa del siglo XVIII. Pride and Prejudice and Zombies (Orgullo, Prejuicio y Zombies) se convirtió en un best seller y ahora llega a la pantalla grande.
La adaptación cinematográfica de Orgullo, Prejuicio y Zombies es una combinación efectiva de romance, comedia, horror y acción en la que el señor Darcy (Sam Riley) pasa de ser un simple aristócrata a convertirse en un temerario estratega, experto en exterminar zombies. Por su parte, “Lizzie” Bennet (Lily James) y sus hermanas están entrenadas en el combate cuerpo a cuerpo al igual que con armas, Lady Catherine de Bourgh (Lena Headey) es una temida guerrera y los habitantes de Inglaterra están amenazados por la presencia de los muertos vivientes.
El director Burr Steers – quien ha estado a cargo de cintas como 17 Again y Charlie St. Cloud, ambas protagonizadas por Zac Efron – hizo un trabajo decente al adaptar la peculiar historia salida de la mente de Seth Grahame-Smith. Es justo decir que Orgullo, Prejuicio y Zombies no es una película perfecta, pero sí funciona bien como un vehículo de entretenimiento ideal para pasar un buen rato; es divertida, pero le hace falta más acción, ya que las secuencias con zombies no son tantas como uno esperaría. Muy a su estilo, Orgullo, Prejuicio y Zombies es un romance de época, al igual que la novela en la que se basa, sólo que está aderezada con un poco de sangre y vísceras.