En el universo de The Walking Dead, es improbable pensar en comunidades que hayan llegado hasta la sexta temporada sin ser cuidadosas e incluso hostiles, algo que si bien el grupo de Rick ha comprobado en más de una ocasión (sobre todo últimamente), resulta improbable cuando vemos a sobrevivientes que, aun perteneciendo al grupo de Negan, puedan resultar tan benevolentes sólo para que Carol y Maggie puedan tener una epifanía sobre su papel en el fin del mundo. Por ello, «The Same Boat», el episodio número 13 de una temporada que ha sorprendido a propios y extraños, resulta uno de los capítulos más flojos e innecesarios hasta la fecha, apenas salvado por un par de secuencias.
Desde el episodio anterior se percibía un quiebre interior en Carol, mientras hacía una lista de las personas que había asesinado hasta entonces. De ahí que viéramos una faceta distinta de ella, más vulnerable, a la que no habíamos estado habituados quizá desde la segunda temporada cuando perdió a Sophia en aquél infame granero. Resulta interesante el debate mental sobre qué tan necesarios son los asesinatos en ese mundo ausente de esperanza y donde sólo el más feroz sobrevive, sin embargo, no alcanza a cuajar por completo.
Todo es apresurado y forzado en esta ocasión. Basta con ver al grupo captor de Carol y Maggie, a quienes de antemano – siendo parte de The Saviors -, suponíamos como las más ruines y despiadadas personas que seguramente planearían amenazar a Rick con la vida de Maggie y su bebé, pero que resultaron una proyección bastante obvia (y olvidable) de los temores de Carol y Maggie, con quienes logran crear una empatía ridículamente veloz; es decir, Rick y los demás asaltaron la fortaleza de estas personas, las mataron mientras dormían, saquearon su armería y parecieran olvidarse de todo apenas pasadas unas horas.
Sin embargo, algo que rescata parte de este episodio es el adoctrinamiento de The Saviors reducida a una frase: we are all Negan (todos somos Negan). ¿Los productores prescindirán del Negan de los cómics convirtiéndolo en una especie de presencia omnipresente, o solamente es una prueba del nivel de fidelidad y sometimiento al que está apegado este grupo? Lo que sí sabemos con certeza es que el fanatismo, tanto en la realidad como en la ficción, nunca suele tener buenos resultados.
Con una muestra de la mortífera Carol de quien sí disfrutamos al final, y una aparición que raya en el cameo de Rick y los demás, este episodio nos quedó a deber mucho, comparándolo con los capítulos anteriores. La inquietud de Carol es preocupante – y va en línea con la consternación de Morgan, lo que eventualmente podría llevar a una fuerte alianza -, pero sólo queda ver si esto será explotado posteriormente, o sólo quedará en lo anecdótico. Sólo quedan tres episodios de esta temporada, y nos preguntamos: ¿The Walking Dead llenará las expectativas creadas respecto del personaje de Negan?