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cinema movil elegidas 3Una familia tijuanense entregada sistemáticamente a cortejar mujeres adolescentes para, a la postre, introducirlas en el universo de la explotación sexual y la cosificación. Una ciudad en la cual las expectativas, romances e ilusiones se convierten en moneda corriente. Una irreparable caída en espiral por parte del miembro menor de ese clan obligado a continuar la tradición comenzando por su propia novia.

Ese es el punto de partida para Las Elegidas, el segundo largometraje de David Pablos (tras La Vida Después y su par de hermanos de caracteres opuestos receptores de la neurosis materna).

A propósito del estreno esta semana de la cinta que participó el año pasado en la sección Un Certain Regard del festival de Cannes, conversamos con el director acerca de las ambivalencias que encontró mientras realizaba su investigación en torno al mundo del padroteo, su gusto por los encuadres cerrados como recurso dramático y las características que buscaba de los rostros que puebla la historia.

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Cinema Móvil: En tu cine, la herencia familiar se convierte en una maldición, una suerte de error de raíz. ¿Por qué colocar a tus personajes en esta situación?

David Pablos: “Definitivamente no es algo consciente, no me lo propongo antes de empezar a escribir, sucede por obsesiones personales, historias de vida y situaciones que a mí me mueven. Coincide que la dinámica que se genera en Las Elegidas está inspirada en la realidad, el negocio de la trata de personas es un negocio familiar, entonces creo que ahí había un punto de partida rico que sí, es cierto, continúa con muchas cosas que podrían estar en La Vida Después, pero la manera en que se dio fue más circunstancial. Es fascinante cuando te pones a reflexionar tu trabajo a la distancia y te das cuenta cómo hay tantas cosas que en algún momento no viste, siempre creo que la obra terminada es mucho más compleja de lo que uno prevé inicialmente.

Pero sí, la familia te marca, te define y en ambos casos hay una escisión, no sé qué tan lograda, y al final las dos películas si lo quieres ver de esa manera llegan a una conclusión similar: se puede cortar esta herencia. Para mí el final tanto de Las Elegidas como de La Vida Después se trata de eso.»

En ese sentido, resulta intrigante el personaje del hermano mayor de Ulises [protagonista de la película], quien al explicar cómo seducir y engañar jovencitas delata una cultura arraigada, creyendo – o al menos ya convenciéndose -, que la explotación sexual no es un crimen, sino un negocio como cualquier otro. Me da la impresión que el peso dramático de la película recae en este personaje.

“Es cierto. Leyendo muchas entrevistas que les han hecho a proxenetas, ellos piensan eso, ‘Estamos haciendo un trabajo, estamos manteniendo una familia, dándole una educación’. Hay una aspecto muy fuerte donde el fin justifica los medios para ellos y el discurso que sostienen, no sé qué tanto lo puedan llegar a creer, es que al final las mujeres están cediendo algo, entonces ellos se lavan las manos un poco.

Al hacer el trabajo de investigación y platicando con una persona que entrevistó a muchos padrotes me decía ‘Es terrible lo que hacen pero son grandes padres de familia, son amorosos, protectores, siempre están presentes’. Ver estos contrastes, estas complejidades resulta fascinante.»

cinema movil elegidas 2Existe una secuencia que me parece clave, la cual es aquella en la que Sofia [la primera víctima de Ulises] le describe detalladamente al cliente que vive su propio drama buscando a su hija desaparecida, qué ocurre diariamente a los alrededores del motel donde permanece secuestrada. Todos saben qué sucede al interior del lugar pero callan. ¿Podemos entender a Las Elegidas más como un retrato de la alienación en torno al crimen y la violencia que una radiografía del funcionamiento mismo del tráfico de personas?

“Definitivamente. Es eso y el darle una cara a algunas de las víctimas de ambos lados, tanto de la parte femenina, como de la masculina, porque yo siempre he visto a Ulises como una víctima, aunque no comparable.»

O la madre de estos dos hermanos, vuelta cómplice a falta de alternativas de abandonar este universo.

“Exacto. Esta mujer es un reflejo del futuro de Sofia.»

¿De qué manera fuiste concibiendo los recursos expresivos de la película, dónde caben la repetición de la comida familiar – cuyo significado cambia radicalmente en la segunda vez que esta ocurre -, o la representación de las palabras del hermano en ese montaje simultaneo con aquellas potenciales nuevas víctimas vistas en las calles?

“Creo que el lenguaje se va escribiendo desde el guión, el ritmo y tono están un poco implícitos en este. Y fue algo que salió muy espontáneo, muy natural, creo porque tenía claro el hecho de que no quería hacer una película sórdida, sensacionalista, quería alejarme por completo de eso.

Creo que la parte técnica la marca esa decisión y mi forma de pensar cómo involucrar a un público. Sé que hay muchos directores que dicen ‘Yo jamás pienso en el espectador’, pero yo sí y cada vez más me es importante ponerme en ese lugar. Vamos, todo es una balanza, no puedes estar totalmente sentado en tu silla de director pensando sólo en lo que a ti te gustaría.»

También es notorio una predilección por emplear encuadres cerrados.

“Esos son mis momentos favoritos, amo los close-ups, son muy poderosos. Por ejemplo, la escena, en la que Ulises le pide a Martha [una nueva víctima] que se prostituya, pasamos de un medium close up a un close up que se extiende a casi cuatro minutos. Me parece fascinante por la tensión que puede generar, pero también por la belleza de ver un rostro en esas dimensiones, en una pantalla grande. Todo está hecho con una intención dramática.»

Al momento, dentro de tus películas destacan los gestos y silencios para poder resumir el drama o pronosticar la tragedia: la despiadada muerte de la tortuga que marca la ruptura en la relación de los hermanos en La Vida Después, el final de la inocencia de Sofía tras el acto vouyerista en el burdel en Las Elegidas, por ejemplo. Esta manera de narrar, ¿está pensada desde que comienzas a escribir?

“Yo nunca he sido en realidad de escribir muchos diálogos. Admiro a los grandes dialoguistas, no es que esté peleado con eso, pero a mí no me nace. Por otro lado, me gusta mucho la contención, y lo que una mirada, un rostro, un gesto por pequeño que sea pueda generar. De nuevo, es una decisión similar a la de no mostrar algo, ahí también apuesto mucho al imaginario del espectador, de que este mismo reflexione de lo que acaba de suceder, por eso disfruto mucho el silencio.»

cinema movil elegidasPara conseguir esto, ¿qué características necesitabas de tus actores?

“Buscaba personalidades, presencias y por presencias me refiero a rostros que llenaran la pantalla y que no tenía que ver con que fueran bellos, sino que hubiera una historia que contaran simplemente con verlos. Obviamente eso buscaba con mis protagonistas, pero en general soy cada vez más quisquilloso con todos los rostros que aparecen en la película, porque estos te sitúan, te contextualizan, son muy importantes porque van a terminar de contarte algo que nada más está entredicho. Por ejemplo, en Las Elegidas nos metimos a zonas bastante interesantes de Tijuana y en muchas de las locaciones en las que filmamos le pedía a mi director de casting que al mismo tiempo fuera mi coordinador de extras, porque para mí los rostros de los extras eran tan importantes como los de los protagonistas, un extra mal escogido te saca de la ficción.»

Buscabas captar el espíritu del lugar.

“Exacto, que aportaran a la historia. Entonces yo mandaba a mi director de casting que buscara los extras que pertenecieran a las locaciones donde íbamos a filmar. Por ejemplo, en la historia de Sofia en la hospedería donde están las chicas vigiladas, toda la gente que aparece es de la zona. Eso es lo que busco, rostros que te puedan envolver, que sean interesantes y que además capturen lo que para mí es la esencia de lo que veo en el personaje.»