Hace tres años, Alain Guiraudie impresionó a los asistentes de Cannes con El Extraño Del Lago (éxito comercial en México), thriller puntual situado en las cercanías de una laguna, lugar que funcionaba también incitando a encuentros furtivos entre hombres.
Ahora, Guiraudie arriba a La Croisette con otra incitación titulada Staying Vertical, una especie de fábula moderna que se desarrolla en una única locación (un criadero de ovejas en la campiña), sitio al cual arriba Leo (Damian Bonnard), un pseudo guionista quien inmediatamente se relaciona con Marie (India Hair), responsable de la administración del lugar e hija del dueño. Ambos se vinculan tan apresuradamente que en menos de lo que espera la audiencia, conciben un hijo.
Este es sólo el preámbulo de una bizarra historia en donde los protagonistas son practicamente personajes masculinos, quienes se relacionan jugando los roles típicos de una familia una vez que Marie abandona a Leo. La tensión sexual entre los personajes juega un factor fundamental así como las incoherentes y disparatadas acciones que realizan. Quedan advertidos, la cinta cuenta con dos secuencias gráficas: el verdadero nacimiento de un infante y un encuentro sexual que tiene que ver con una muerte asistida entre un hombre viejo y el protagonista.
Pasando a otro asunto completamente distinto pero igual de caótico, está Money Monster de Jodie Foster, una especie de Tarde De Perros mezclada con Network.
En los estudios televisivos de un programa de consejos financieros, Lee Gates (George Clooney) incita a los televidentes a invertir en acciones asistido por su productora (Julia Roberts). Eventualmente aparece Kyle Budwell (Jack O’Connell), un joven que ha perdido sus ahorros al invertirlos en la compañia Ibis Clear Capital (obviamente por los consejos de Gates), la cual misteriosamente ha tenido una merma de $800 millones de dólares. El joven quiere una explicación por lo que toma medidas excesivas.
La película tiene un tono algo peculiar pues va del thriller a la comedia llegando incluso a la farsa; o sea es un revoltijo de géneros, el cual me da la impresión no fue ocasionado por Foster. La trama, contada casi en tiempo real, está repleta de situaciones inverosímiles. Vemos personajes correr, alterarse, y ser objeto de persecuciones, sin embargo la tensión dramática es completamente nula.
Ahora, el carisma de sus probados actores estelares hacen de esta cinta un divertimento efímero. El público que abarrotó la Sala Lumiere esta mañana parecía disfrutar en todo momento de las ocurrencias presentadas, sospechamos que gracias a la simpatía de Clooney y Roberts.