Si bien el famoso actor Johnny Depp se ha ganado un lugar privilegiado en la historia del cine, protagonizando algunas de las mejores películas de los últimos 30 años (Ed Wood y Fear and Loathing in Las Vegas en particular), también ha sido cuestionado y ridiculizado a partir de sus más recientes roles; esos millonarios pero poco arriesgados que culminaron en el fracaso tanto comercial como con la crítica, tal como lo fue Mortdecai.
Johnny Depp está de regreso como el loco Sombrerero de Infratierra en Alicia a través del espejo, así que en Cinema Móvil decidimos recordar algunos de los grandes momentos de uno de los histriones más versátiles de todos los tiempos.
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Blow (Ted Demme, 2001)
El relato autobiográfico del narcotraficante George Jung es una excelente cinta de gangsters (al estilo de la nueva serie Narcos). Johnny Depp realiza otra de sus acostumbradas transformaciones interpretando a un personaje carismático y melancólico. Los últimos quince minutos de esta cinta demuestran que Depp sabe actuar y no sólo sabe hacer excentricidades en la pantalla. (Fernando Santoyo)
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Cry-Baby (John Waters, 1990)
Estrafalarios musicales a ritmo del rockabilly. La mismísima Traci Lords portando chamarras de cuero. Johnny Depp parodiando la iconografía de los rebeldes sin causa. Una comedia irreverente y políticamente incorrecta como sólo John Waters sabe hacerlo. ¿Qué más se puede pedir? Situada a mediados de los años cincuenta, la primera y única película mainstream del realizador, narra cómo en el Baltimore de aquella época sólo existen dos clases sociales: los drapes (delincuentes en motocicletas con peinados que se antojan imposibles) y los squares (los habitantes conservadores de la ciudad). Depp interpreta a un mítico drape que ante todo pronóstico termina enamorándose de una square (Amy Locane) alterando el orden de la comunidad. Sin duda, una buena manera de empezar la década para el actor. (Alberto Acuña)
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Dark Shadows (Tim Burton, 2012)
Johnny Deep y Tim Burton han mantenido un matrimonio cinematográfico por muchos años. En Dark Shadows, Depp interpreta a un vampiro conocido como Barnabas Collins que es desenterrado por equivocación siglos después de haber quedado bajo tierra por culpa de un antiguo amor. Collins tiene demasiados rasgos de otros personajes del repertorio de Deep: sus movimientos, gesticulaciones, hasta su forma de interacción. La virtud del actor radica en eso: sabe convivir muy bien con los personajes que lo rodean. Por cierto, la música es muy recomendable y más acompañada de los movimientos de Chloë Grace Moretz. (Miguel Colín)
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Dead Man (Jim Jarmusch, 1995)
Un forastero de nombre William Blake (guiño, guiño) escapa de la justicia tras haber asesinado a un hombre. En su fuga conoce a Nobody, que además de ayudarlo a huir de quien lo persigue, lo lleva a escapar tanto física como espiritualmente de su terrenal existencia .
Dead Man es un ejercicio lírico y visualmente poético que sirvió como parteaguas en la carrera de Jarmusch. Si bien ya había mostrado un desprendimiento de sus independientes orígenes con la película episódica Night on Earth, fue hasta su colaboración con Depp (aquí misterioso y oscuro) que la visión del director logró compaginarse con el «star system» hollywoodense, sin comprometer su lacónico estilo. (Gonzalo Lira)
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Donnie Brasco (Mike Newell, 1997)
Otro relato gangsteril de Depp, aunque en esta se pasa al otro lado de la ley: el de los buenos, demostrando su versatilidad al interpretar al agente del FBI Joseph Pistone, quien se infiltró en la mafia de Nueva York a finales de los años setenta y colaboró en gran medida para el arresto de varios miembros de la familia Bonanno. En esta cinta podemos apreciar un buen duelo de actuaciones entre Depp y Al Pacino, quien realiza una de sus pocas actuaciones contenidas de los últimos 25 años. Muy recomendable. (Fernando Santoyo)
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Ed Wood (Tim Burton, 1994)
La película más virtuosa de Tim Burton, irónicamente, retrata la carrera de Edward D. Wood Jr, catalogado como el peor director en la historia del cine (un Juan Orol gabacho, por si la referencia les suena), que además gustaba de trabajar travestido en suéteres de angora, en la década de los cincuenta.
Filmada en un elegante blanco y negro por Stefan Czapsky y actuada con timing y tono perfectos por Depp, antes de sus insoportables colaboraciones recientes con el mismo Burton, la biopic del infame director de películas serie B funciona por la excelente mezcla de humor y excentricidad que embonan como anillo al dedo los talentos de la antes atractiva dupla, cuando aún dejaban jugosos personajes secundarios a actores de la talla de Bill Murray, Sarah Jessica Parker o el maravilloso Martin Landau (acreedor de un Oscar por su genial retrato del decadente Bela Lugosi post-Dracula). (Gonzalo Lira)
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Fear and Loathing in Las Vegas (Terry Gilliam, 1998)
La fiel adaptación del trabajo de Hunter S. Thompson por parte de Gilliam es uno de los mejores filmes sobre la sensación que provocan las drogas (que en este caso no tienen limite y van hasta la mescalina). Depp, como el alterego del mismo autor, y Benicio del Toro (su genial abogado) son hilarantes desde un principio en un viaje clásico del periodismo gonzo americano, en el que caben (al menos en la mente de los protagonistas) murciélagos, lagartos gigantes, pasajes melancólicos sobre la era hippie en San Francisco, Jefferson Airplane, y por supuesto el clásico sueño americano. Una obra maestra, lejos, muy lejos del otro lamentable intento de Depp por adaptar la obra de Thompson (The Rum Diary). (Eric Ortiz García)
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Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl (Gore Verbinski, 2003)
Indudablemente, el exitoso rol de Jack Sparrow es clave en la carrera de Depp. Marca el comienzo de una etapa en la que el actor entró a una zona de confort, aceptando en su mayoría roles millonarios (pero poco innovadores) para Disney y Tim Burton. De igual forma, las propias secuelas de los piratas del caribe, innecesariamente enredadas, nos han hecho olvidar lo genial y divertida que es la cinta original. No se puede pensar la obra reciente de Depp sin Jack Sparrow y, al menos en la primera parte, la calidad va de la mano con su popularidad. (Eric Ortiz García)
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Secret Window (David Koepp, 2004)
Se trata de la adaptación de Secret Window, Secret Garden, relato corto de Stephen King publicado en 1990. En ella, Depp encarna a Mort Rainey, un exitoso escritor de novelas de terror (sí, sí, King como es su costumbre no se vio muy sutil con esa auto referencia) quien después de entrar en un colapso nervioso al enterarse de la infidelidad de su esposa, se muda a una cabaña a las afueras de New York para dedicarse a terminar lo que será su nuevo libro, sólo para terminar acosado por un extraño hombre que lo acusa de plagio. El descubrir que en efecto, el texto de ese hombre es sorprendentemente similar a lo que él ha escrito, va trastornando su psique hasta confundir la realidad con la propia ficción. Si bien, el actor siempre se ha distinguido por la exageración en sus interpretaciones, esta es de las últimas películas donde todavía se toma en serio su papel, y no sólo basa su trabajo en maquillajes y caracterizaciones que ya se sienten forzadas. (Alberto Acuña)
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The Imaginarium of Doctor Parnassus (Terry Gilliam, 2009)
Depp tiene una participación estrafalaria dentro de ese gran oasis de imágenes que emergen de un mundo surrealista regido por una carpa de circo. El Doctor Parnassus (Christopher Plummer) es dueño de un circo ambulante donde invita a los espectadores a pasar detrás de un telón del escenario para mirar lo que hay en su mundo interno, como una radiografía de todos sus pensamientos y secretos. Entre pactos con el diablo y un forastero que se atraviesa en el camino interpretado por Heath Ledger, Jude Law, Colin Farrell y el mismo Depp. Aunque su participación es corta, el encanto de su personaje atrae por su misma excentricidad, un alter ego rapaz y gesticulante que vive en las sombras de la fantasía. (Miguel Colín)