El relato de terror necesita una atmósfera adecuada para poder desarrollarse. Esto requiere una combinación de varios elementos: fotografía, diseño de escenarios, trabajo de cámara, vestuario, maquillaje y, por supuesto, la música. Este último aspecto es primordial en la creación de mundos y escenarios fílmicos que logren absorber al espectador. Lamentablemente en la actualidad, la música en el cine de horror y, para el caso, el cine en general han perdido buena parte de su importancia, sosteniendo los esfuerzos en gastadas fórmulas y reiterativas imitaciones.
Siendo un género que se caracteriza por su variedad de tonalidades, sus composiciones pueden ser bastante flexibles, dependiendo del interprete. Por lo mismo, este listado de bandas sonoras no obedece a una fórmula rígida sino a la vasta diversidad de sus composiciones, aun tratándose de proyectos pertenecientes al mismo género. Los únicos criterios a seguir aquí responden a la gran calidad de los temas en cuestión, así como su efectividad en el contexto de sus respectivos proyectos.
Carnival of Souls (1962) – Música de Gene Moore
La icónica cinta de culto acompaña su fantasmagórica narrativa exclusivamente con piezas de órgano, mezclando su sonido etéreo con las imágenes de su protagonista huyendo de las apariciones de un misterioso parque de diversiones abandonado. Difícil imaginar esta joya sin sus fantásticas notas.
The Beyond (1981) – Música de Fabio Frizzi
El país de la bota dio al mundo fílmico tres décadas de grandes composiciones, de inolvidables temas y bandas sonoras que se han vuelto referentes obligados para posteriores generaciones de artistas. El primer compositor italiano en la lista es Fabio Frizzi, cuyas frecuentes colaboraciones con Lucio Fulci crearon inquietantes y macabras melodías. Para este relato Lovecraftiano, Frizzi hace un gran despliegue de sus habilidades: Perturbadores coros espectrales, propios de algún rincón del inframundo, y un piano solitario dan a este relato sobrenatural una base sólida de principio a fin.
The Red Queen Kills Seven Times (1972) – Música de Bruno Nicolai
Este giallo gótico cuenta con bellos temas de la mano de Bruno Nicolai, uno de los grandes compositores en la historia del cine italiano, quien fuera mano derecha de Ennio Morricone. Nicolai procuro siempre dotar a sus temas de personalidad, ya fuera música para un western, una de espías, o en este caso, una historia de terror. El tema principal, una suerte de macabra melodía para niños, poco a poco se transforma en un inquietante conjunto de sonidos que incrementan la tensión. Pianos estridentes y secciones de cuerdas asfixiantes nos sitúan directo en el momento en el que la leyenda de la dama roja cobra las vidas de sus víctimas.
Hausu (1977) – Música de Asei Kobayashi & Miky Yoshino
La festiva banda sonora de la delirante obra maestra de Nobuhiko Obayashi es un imprescindible componente en esta increíble ecuación. Inspirándose en los sueños quiméricos de su hija, Obayashi tejió una maravilla que desafía clasificaciones convencionales. La banda sonora, armada con composiciones del grupo japonés Godiego, presenta azucaradas melodías pop, blues, y un melancólico piano, bastante apropiadas para una película donde otro piano devora gente, al mismo tiempo que pinturas de gatos escupen torrentes de sangre que inundan habitaciones.
Vampyros Lesbos (1971) – Música de Manfred Hubler & Siegried Schwab
Jess Franco, el alquimista más libre del cine de culto y explotación, dotaba sus relatos de intoxicantes atmósferas surreales. Bellas mujeres, moda y arquitectura europea de principios de los setenta satisfacían el gusto fílmico de cualquiera. Por supuesto, la música no podía faltar, y es ahí donde entra la inconfundible, irrebatible e increíble banda sonora de Vampyros Lesbos. Estas melodías de fiesta lounge llena de tragos y tapetes exóticos ha envejecido como los buenos vinos. Sin duda uno de los soundtracks más eclécticos en la historia del cine.
Return of the Living Dead (1985) – Varios Artistas
Esta humorística sátira de la mitología zombie en el cine, escrita por Dan O’Bannon, le da a su reparto de personajes punk la música adecuada para sus andanzas. Pero no sólo bandas tan emblemáticas del género como The Cramps acompañan la historia, también tenemos el synthpop de SSQ, haciendo que todo el asunto sea netamente ochentero, en el mejor de los sentidos.
Tetsuo, The Iron Man (1989) – Música de Chu Ishikawa
La alegoría de Shinya Tsukamoto sobre las sociedades modernas de metal y concreto que devoran al ser humano no sería lo mismo sin las cacofonías industriales de su banda sonora. Chu Ishikawa, quien también ha colaborado con Takashi Miike en numerosas ocasiones, satura nuestros oídos de incesantes locomociones y sonidos propios de maquinaria. La transformación del protagonista en una maquina adquiere una inmediatez no sólo por lo que vemos, sino también por lo que escuchamos.
The Fog (1980) – Música de John Carpenter
Por supuesto que esta lista no estaría completa sin una mención a John Carpenter. El director y también compositor siempre entendió muy bien la simbiosis que existe entre las imagen y los sonidos en pantalla. Su uso de sintetizadores es un aspecto muy característico de su cine. Elegir Halloween sería demasiado obvio, en cambio, la música que compuso para The Fog no recibe la misma atención, lo cual es lamentable ya que este trabajo es fácilmente una de sus mejores composiciones. Minimalista, y sumamente atmosférico.
Suspiria (1977) – Música de Goblin
Goblin es una referencia obligada a la hora de hablar de música en el cine de terror. Lo que lograron para Suspiria de Dario Argento garantizó, tanto a la banda como a la cinta, un lugar en la historia del cine. Esquizofrénicas percusiones, gritos y teclados que parecen haber sido forjados en el mismo infierno son parte del abanico sonoro que enfatiza la composición visual de Argento.
Cannibal Holocaust (1980) – Música de Riz Ortolani
La infame cinta de Ruggero Deodato, que casi le costó tiempo en prisión, es una poderosa pieza fílmica por numerosas razones: Su innovación al hacer uso del “found footage” como parte de su narrativa, algo que ha sido copiado por docenas de películas en la actualidad, así como su retrato de la crueldad humana son parte de este brebaje maldito. Riz Ortolani, quien logró el reconocimiento mundial con su tema More para Mondo Cane, seria enlistado por Deodato con la tarea de crear una banda sonora que lograra darle a este hechizo el efecto requerido.
Por Rubén Martínez Pintos / @SartanaDjango