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Lo Que Nunca Nos Dijimos 01Un inaplazable regreso al terruño. Un reencuentro madre-hija, quienes nunca han sabido cómo relacionarse. Una muerte inminente. Un oscuro secreto familiar que las ha anclado al pasado. Se trata de Lo Que Nunca Nos Dijimos, ópera prima del productor teatral Sebastián Sánchez Amunategui. A propósito del estreno de la cinta esta semana, conversamos con su protagonista, guionista y productora, Flavia Atencio, acerca de este íntimo drama en el cual una mujer treintañera, insegura e inmadura, vuelve a su natal Argentina después de cinco años de permanecer en la Ciudad de México, buscando en el camino entenderse a sí misma.

“Quería plasmar una historia de provincia con su atmósfera y sus propios conflictos. Yo nací en Mendoza, donde ocurre la película y hasta mi adolescencia estuve ahí, y cuando vine a vivir a México me di cuenta del contraste de cómo se vive este ideal de familia en una provincia que en una ciudad grande. Y a partir de esto exponer una reflexión acerca de los secretos, los tabús, los prejuicios y que el público pudiera sacar sus propias conclusiones”. 

Cinema Móvil: Marian Di Mateo, el personaje que interpretas es complejo: dividida entre el resentimiento y la intención de perdonar, entre el pasado y su presente, entre dos naciones y entre lo conservador que ha prevalecido en su casa y lo liberal en su nueva vida. ¿Cómo fue dibujándose la personalidad de este en el guión, al momento de encarnarlo y trabajarlo junto con el director? 

Flavia Atencio: “Afortunadamente fue un guión que maduró muchísimo, desde el primer tratamiento hasta el momento que filmamos. Sí hubo un camino grande que se recorrió, donde la relación de estos personajes se fue complejizando, fui encontrando muchos más matices para construir el conflicto que había en esta familia. Sin embargo, fue cuando me tocó interpretarlo que me di cuenta de lo que acabas de decir y pensé ‘Pobre Mariana y pobre de mí que le voy a prestar mis emociones, ¿en qué momento se me ocurrió hacer esto?’. Yo decía un poco por soberbia y un poco por ignorancia ‘conozco a este personaje perfectamente. ¡Por Dios, llevo siete años trabajándolo!’, y no, fue algo muy distinto, tuve que distanciarme del papel de guionista y poder abordar al personaje de una manera fresca y entenderlo desde otro lado. Mariana me mostró muchísimas facetas que yo no había visto dentro del guión”.

Dentro del drama y la notoria tensión que se respira por este reencuentro madre-hija, existe un sutil contrapunto agridulce representado en el personaje de la enfermera que interpreta Catalina Saavedra (famosa por la película chilena La Nana). ¿Cómo se tomó la decisión de insertar ese tono en la historia?

“Yo siempre creo que para que viva el drama, para que la gente no lo rechace, para que realmente pueda estar involucrada con la historia, tiene que haber momentos de descanso, y sentía que la película necesitaba a este personaje que ve la vida de otra manera, que disfruta de las cosas simples, que tiene mayor claridad de lo que está sucediendo. Porque Mariana y su mamá son dos negadoras, aunque Mariana siempre acuse a su mamá de eso, está repitiendo el mismo patrón, entonces el personaje de la enfermera ayuda mucho a esta madre y a esta hija a relajarse dentro de la situación. También ocurre con el personaje de Luciano (el hijo de una amiga de la madre). Son personajes que el público agradece”.

Lo Que Nunca Nos Dijimos 02

Mencionas la referencia de que el escenario de la película es tu ciudad natal. Leo que incluiste tanto tu hermano y tu mamá. A pesar de que cuando tuve la oportunidad de verla no conocía esos datos, se nota ese aire íntimo en las situaciones que planteas.

“Sí, quien interpreta a Luciano es Carlos Guerrero, mi hermano, cuya convivencia me enseñó mucho, porque si hay alguien que ve las cosas claras y dice la verdad es él, es increíble escucharlo. Entonces pensé que si yo hacía mi primera película, obviamente él tenía que estar. También lo hice con Miguel Conde, ambos estudiamos actuación en Casa Azul y hablábamos mucho que teníamos que hacer una película, entonces escribí un personaje pensando en él.

En ese sentido la película es muy de familia, porque se trataba de que la hiciéramos los que creíamos en esta historia y los que queríamos hacer cine de tal o cual manera. También fueron muchos años y podía llegar a ser desmoralizante, pensaba que no iba a poder hacer cada vez que me decían ‘La historia me gusta pero, ¿quién la va a querer ver?’, o ‘la historia me gusta pero toca estos temas tan delicados ¿por qué no le quitas lo del padre?’. ¡Imagínate! Entonces para seguir adelante tenía que creer en esta historia, hasta que le llegó su momento”.

Este fue también el motivo por el que decidiste involucrarte como productora.

“Yo creo que la vida me llevó a eso, la película pasó por las manos de algunos productores que al final no lograron levantarla, los años pasaban y llegó un punto donde dije ‘si sigo esperando a que pasen las cosas y no me involucro, posiblemente no sucedan’. Yo ya había producido teatro, Sandra Burgos y yo tuvimos una compañía que se llamaba La Vaca Voladora por cuatro, cinco años, no era para nada lo mismo pero pensé ‘estudié cine y algo he de haber aprendido de eso, vamos a hacerlo’.

Sandra me empujó mucho, luego se sumó a este proyecto Paola Salguero quien también venía del teatro. Sumamos a Sebastián, quien antes de ser el director entró como productor, después Antonio Hernández y Mónica Gorbea, que son productores con muchísima experiencia y de los cuales aprendimos mucho. Fue muy afortunado cómo la gente que se fue sumando, pero yo tenía que estar a la cabeza porque sentía que si no el proyecto no seguía, era inevitable. En la escuela de cine siempre decía que jamás iba a producir y ahora es lo que quiero seguir haciendo toda la vida”.