Luego de una maravillosa premiere, Mr. Robot se enfrenta a un desafío similar al que encara fsociety después de lograr desequilibrar a E Corp en el five/nine; ¿qué procede al haber logrado la hazaña más esperada por todos? Tal como se reflexiona en la serie lo más difícil viene después, pero la manera en la que el show creado por Sam Esmail ha encaminado a sus personajes hacia nuevos y oscuros conflictos, hace que parezca fácil retomar la dramática historia.
La paranoia ha sido algo que ha caracterizado a la serie desde su primer episodio, y cuando pensábamos que se hallaba en otro nivel al saber la verdad sobre Elliot y Mr. Robot, en k3rnel-pan1c.ksd ver el juego mental entre ambos (sobre todo en aquella brutal escena donde Elliot devuelve a su cuerpo esas pastillas luego de vomitarlas) es electrizante.
Incluso es sumamente adictivo ya que el show pareciera añadir a cada minuto más elementos para alimentar la paranoia del espectador, quien al igual que Elliot puede hallarse en un círculo especulativo sobre quién es quién, una dinámica donde lo mismo el protagonista y el televidente pueden estar persiguiendo fantasmas o enemigos reales por igual.
Esta desconfianza impacta a los protagonistas por donde se le vea, desde Darlene, quien pareciera estar abierta a cualquier posibilidad de eludir al FBI; Angela, quien al hallarse entre una actitud servicial y vengativa en E Corp no sabe realmente si le están utilizando o viceversa.
Y claro, Elliot, quien además de las paranoias habituales y ante la incursión de personajes más perversos como Ray (Craig Robinson), quienes aparentemente buscan aprovecharse de su condición mental, mientras que son pocas las personas quienes le ofrecen un norte al protagonista (más necesitado de ello que nunca), y que básicamente son su psicóloga Krista (Gloria Reuben) y Leon (Joey Bada$$).
¿En qué podría derivar esta constante paranoia? Indudablemente el hedor a tragedia comienza a impregnar a cada personaje, apuntando a que algunos se conviertan en la antítesis de sí mismos (como el caso de Darlene), y otros más se debatan entre lo que los demás quieren de ellos y lo que por sí mismos buscan alcanzar, principalmente en Elliot.
También resulta destacable de este par de episodios la crítica, cada vez más aguda, hacia la sociedad en general; los patrones de venta y consumo, y el sistema financiero en general. Pensándolo en términos convencionales, es una de las mayores utopías a las que la gente podría aspirar: un reseteo, comenzar de cero, y retomar un poder que se nos va cada vez más de las manos.
Por último, y no por ello menos importante, hay que hablar de ese flashback de init1.asec, cuando Elliot todavía reconoce a Darlene y parecieran mantener un status quo, pero que representa un momento clave, el detonante de todo fsociety cuando el hábil hacker descubre a su alter ego al ponerse la máscara del divertido filme The Careful Massacre of the Bourgeoisie (que por restricciones geográficas, no puede verse completo todavía en nuestro país).
Este corto refleja de manera más directa que nunca el tono anárquico que la serie expele desde sus primeros minutos, y va en línea con una tendencia cada vez más evidente: la radicalización de ideas. O estás conmigo, o estás en mi contra, que para términos prácticos en Mr. Robot se traduce en un “estás contra el sistema, o contra él”.
Con apenas cuatro episodios, Mr. Robot pone sobre la mesa cada vez más respuestas y acertijos, y con ello esta segunda temporada pareciera querer lograr lo inimaginable por varios: superar la calidad de su primera temporada. Esperemos que así sea.