Era el año 2013 y un thriller titulado La noche de la expiación llegó para convertirse en un auténtico éxito en taquilla contra todos los pronósticos. La trama, sobre una perturbadora tradición anual estadounidense en la que todos los crímenes son legales durante un lapso de 12 horas, incluyendo el asesinato, funcionó muy bien para que se hicieran dos entregas más con las que la fórmula ya probada se ha llevado a niveles más altos.
12 Horas para sobrevivir: El año de la elección nos transporta una vez más a un Estados Unidos distópico en el que cualquiera puede cometer un brutal asesinato debido a que se trata de uno de sus derechos como ciudadano. Días antes de que llegue la tan esperada noche de la “Purga”, en la nación americana se vive una situación complicada en medio de la elección presidencial, con un candidato que es parte de un grupo privilegiado que se beneficia económicamente de la sangrienta tradición y una candidata cuya familia fue asesinada frente a ella años atrás.
La Senadora Charlie Roan representa una amenaza para los intereses de aquellos que sacan provecho de las muertes de un gran número de personas. La funcionaria está en contra de la matanza anual y está dispuesta a terminar con todo eso, así que quienes podrían verse afectados por sus planes deciden aprovechar la “Purga” para eliminarla definitivamente y poder seguir haciendo lo que quieran, pero no cuentan con la intervención de un guardia de seguridad quien decide ir más allá del cumplimiento de su deber, así como de un grupo de ciudadanos que están hartos de verse amenazados año con año.
La película cumple con lo que ha prometido en sus avances hasta ahora, al final se trata de un completo derroche de exageradas secuencias de acción con toda clase de asesinatos violentos que son cometidos por personajes que, en un esfuerzo por que luzcan extremadamente perturbadores, quedan en lo absurdo y terminan causando involuntariamente más risa que miedo. La cinta en efecto tiene acción, violencia, muchas muertes, momentos de tensión y litros de sangre, pero se queda en más de lo mismo y en realidad no aporta algo nuevo ni a la franquicia, ni a los thrillers y mucho menos al cine de terror.
12 Horas para sobrevivir: El año de la elección tal vez complazca a quienes disfrutaron las dos películas anteriores y a los que esperaban ver esta tercera entrega, probablemente funcionará también con el público menos exigente que sólo busca algo qué ver para matar el tiempo.