Ser mamá y ama de casa de la forma tradicional es por mucho una de las tareas más difíciles que existen. Significa encargarse de su hogar y de su familia: lavar, limpiar, mantener la casa ordenada, hacer de comer, trabajar, convivir con un esposo, asegurarse del bienestar de los pequeños, hacer tareas, llevar a los niños a la escuela, interactuar con otras mamás, platicar con maestros, asistir a todas las actividades de sus hijos y un largo etcétera de cosas que no siempre son valoradas como deberían.
El club de las madres rebeldes (Jon Lucas & Scott Moore, 2016) muestra de una manera divertida y desenfadada lo difícil que puede llegar a ser a veces la vida de una mamá, en este caso la de Amy (Mila Kunis), una mujer que tuvo a sus hijos siendo muy joven y a la cual le faltó vivir sus 20s a plenitud, al igual que los demás. Nuestra protagonista es una madre dedicada que tiene un trabajo de medio tiempo, cuida a sus dos hijos y a su esposo, quien más bien parece su tercer hijo y prácticamente nunca tiene tiempo para ella misma.
Amy de repente se encuentra en medio de una crisis, analiza su vida y se da cuenta que nunca se divierte, así que decide hacer cambios y comienza a hacer cosas que nunca había hecho antes. Así, esta joven mamá empieza a ir de fiesta y a hacer algunas locuras acompañada de un par de mamás que también buscan divertirse, además de que la apoyan en cada decisión que toma y de vez en cuando le dan buenos consejos. Carla (Kathryn Hahn) es una madre soltera bastante relajada a la que le gusta beber y que es bastante desinhibida con los hombres, mientras que Kiki (Kristen Bell) es algo extraña a pesar de tener una apariencia agradable.
Mientras Amy busca la manera de estar a gusto con ella misma e intenta mantener un equilibrio en su vida para no decepcionar a sus hijos, ella y sus amigas deberán enfrentarse a un grupo de mamás controladoras que exageran todo y cuya líder, interpretada de forma genial por Christina Applegate, resulta una gran villana con quien la interacción de las otras mamás da pie a los momentos más dicertidos de la película. Las actuaciones de este grupo de actrices están bien aprovechadas, en gran medida porque el elenco no se toma las cosas en serio y el resultado es una comedia entretenida que funciona para pasar un buen rato en el cine.
En medio de bromas escatológicas, malas palabras, situaciones incomodas, referencias a Game of Thrones, personajes bien estructurados que llevan las cosas al extremo y momentos con los que muchos podrían llegar a identificarse de cierta forma, El club de las madres rebeldes muestra que las mamás no siempre tienen las cosas fáciles y que a veces se desesperan mientras que sólo quieren salir corriendo, aunque siempre encuentran la forma de salir adelante y cómo, sin importar lo que les pasé, nunca dejarán de querer a sus hijos.