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El Comienzo del Tiempo 01Hace apenas unos cuantos meses Los Bañistas (de Max Zunino) nos mostraba cómo el México urbano contemporáneo abruma, lo mismo a jovencitas provincianas incapaces de continuar estudiando por huelgas universitarias que a hombres sexagenarios que pierden su empleo tras décadas de servicio, provocando incertidumbre y recelo hacia la realidad del otro. Ahora, El Comienzo del Tiempo plantea sintomáticamente una idea similar, con un matrimonio de ancianos desposeídos y su confundido nieto veinteañero de quien casi nada sabían y que un buen día llegó a sus vidas, los cuales comparten una sola desazón. Inclusive en ambos filmes las cortinas de los antiguos negocios del barrio van cerrando de forma inmisericorde, y cierta manifestación antigubernamental lentamente se está gestando.

La diferencia principal entre estas estriba en que, mientras la película protagonizada por Sofía Espinoza describe con un humor irónico la manera en que los personajes se ven obligados a relacionarse por primera vez (la penalidad y la crisis siguen ahí intactas, pero al menos se vislumbra un ligero signo de solidaridad); el segundo largometraje de Bernardo Arellano retoma un tópico clásico que el melodrama mexicano mas lacrimógeno empezó a abordar con éxito desde los años cuarenta, donde caben padres abnegados junto a hijos ingratos y rapiñosos.

El realizador sabe trasladar dicha premisa a nuestros días, siendo esta en definitiva su principal virtud (esos robos hormiga que la pareja debe de cometer tras el súbito cese de sus pensiones, la monotonía que prevalece en ese hogar venido a menos, la vana y hasta patética esperanza del reencuentro familiar, aquellos espacios cuasi desolados y poco fotogénicos de la ciudad por donde deambulan los personajes…). Sin embargo Arellano, buscando transmitir ese malestar, termina siendo redundante con sus acciones y diálogos, poco imaginativo con su puesta en escena, errático con su dirección de actores no profesionales (como ya había ocurrido en su cinta anterior Entre la Noche y el Día, 2011), e incluso poco convincente al delinear las características de sus personajes (ese pomposo peluquero que escribe poesía para una mujer que ni siquiera lo recuerda, o aquel ingenuo sastre entregado al activismo político). De esta manera, ese homenaje a la figura invisible del abuelo, como bien señala el slogan de la cinta, quedará para mejor ocasión.

El Comienzo del Tiempo 04