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UnknownReza la creencia popular que “el libro es mejor que la película” y, aunque en muchas ocasiones suele tratarse de algo cierto, también es verdad que en muchos otros casos podríamos cambiar el calificativo “mejor” por “diferente”, aunque esto no necesariamente involucre un juicio de calidad estrictamente hablando.

Tal es el caso de Me estás matando, Susana, la nueva película de Roberto Sneider que, como ocurre con dos de sus proyectos previos (Dos Crímenes, Arráncame la vida), proviene de un argumento originado en una novela; siendo en esta ocasión su materia prima “Ciudades Desiertas” de José Agustín, el director regresa a la exploración del machismo en nuestro país, también presente en su anterior película Arráncame la vida, inspirada en el texto original de Ángeles Mastretta.

A diferencia de la recién mencionada, la nueva película de Sneider no está situada en los tiempos de la Revolución Mexicana sino en una época más contemporánea al espectador, adaptando lo que en el material original era una historia situada en los años ’80 a nuestros tiempos, demostrando la lamentable atemporalidad del fenómeno primordialmente criticado, aunque valiéndose del sentido del humor para puntualizar sus comentarios respecto al tema en cuestión, haciéndolo más digerible aunque sin restarle nunca la urgencia a su exposición.

Para esto ayuda mucho el elenco, comandado con carisma y sentido del humor por Gael García Bernal quien, con este trabajo, refuerza su reciente triunfo en los Globos de Oro como actor de comedia, un género en el que se percibe cómodo y en control. Como Eligio, García Bernal da vida en pantalla a la historia escrita por Agustín, sobre un hombre al borde del colapso tras el abandono inesperado de su pareja quien, sin previo aviso, lo deja para irse a estudiar un posgrado en Estados Unidos.

Esta situación da pie para, sin caer en tantos convencionalismos, explorar la relación que tenemos con el vecino del norte desde la picardía del personaje de García Bernal, al mismo tiempo que somos testigos del patetismo de su personaje quien, en sus torpes intentos por recuperar el amor ya perdido de su amada Susana (la española Verónica Echegui, igual de efectiva aunque en un personaje que en el libro era también mexicano) pasará por una serie de divertidos aunque deprimentes tropiezos.

Si bien subrayé al principio que la película de Sneider es diferente a la novela de Agustín, esto no necesariamente actúa en su contra si lo que se busca es diluir la incomodidad de las situaciones y de los métodos vergonzosos que el personaje de Gael utiliza para tratar de recuperar a Susana. Ahora que, si lo que buscan es una adaptación fiel al texto original, quizá la ligereza con la que el director decide adaptar la novela dejará a varios decepcionados por la ausencia de crítica en este producto en particular. Unas por otras, pues.