El cine de época suele tener la misma cantidad de seguidores que de detractores. Hay quienes quedan encandilados con la fastuosidad de los escenarios, vestuarios, peinados y fotografía, y hay quienes consideran estas historias soporíferas. En lo personal, creo que como en cualquier sub género, hay buenos y malos ejemplos. En el caso de esta cinta de época, proveniente de Alemania, nos encontramos con una trama digna de la mejor telenovela pero, como era de esperarse, hecha con toda la mano y detalle.
Como suele ocurrir en este tipo de historias victorianas, la historia parte de un amor imposible, de lo prohibido en años profundamente conservadores, característica de los mejores ejemplos de este sub género; un trío amoroso es el punto de partida para construir el conflicto que el filme nos entrega, todo en medio de un fastuoso espectáculo visual que en sus apartados técnicos es impecable. No por nada esta película fue la elegida por Alemania para representarlos en la competencia al Oscar de lengua no inglesa, aunque tampoco extraña que no haya quedado entre las cinco nominadas.
Caroline von Beulwitz (Hannah Herzsprung) es una hermosa mujer que vive en Rudolstat, en 1788. Caroline vive casada pero es infeliz en su matrimonio. Su hermana Charlotte von Lengefeld (Henriette Confurius) es soltera y está en espera de encontrar el amor, ambas son muy unidas y durante toda su vida han sido sumamente compartidas entre ellas. Todo su mundo se cimbra con la llegada del poeta Friedrich Schiller (Florian Stetter) a la región, quien durante un verano pondrá a competir a las inesperables hermanas por su amor.
El público que más apreciará Queridas Hermanas es sin duda aquel que gusta de las cintas que recrean la vida de personajes reales que vivieron en el pasado: En el caso que nos compete aquí, la vida del poeta Friedrich Schiller, sobre todo por que el film es bastante atinado en cuanto a su diseño de producción y vestuario, aspectos que transportan al espectador al tiempo retratado y que representan lo mejor del conjunto por mucho.
Desgraciadamente, para otro sector del público puede que lo parsimonioso de su ritmo le resulte insufrible, no porque no sea interesante su historia, que lo es, pero la trama avanza lentamente. Más que eso, su principal defecto es su desarrollo digno de cualquier telenovela, con trío amoroso incluido y todo lo que esto conlleva; celos, traiciones e infidelidad.
La película luce muy pulcra pero sin alma, sin pasión, y es precisamente este ingrediente el que más se echa de menos en un relato que a todas luces lo necesita. El triangulo amoroso, que es el eje principal de la trama, es tan acartonado y falto de intensidad que sólo produce bostezos. Una lástima por que los actores dan lo mejor de sí, aunque el material sólo les pone el pie mientras avanza sin emoción alguna la trama.