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sangre

Mel Gibson fue una de las grandes estrellas de Hollywood en los años ochentas y noventas. Su popularidad se vio recompensada con un Oscar a mejor director por la que es su cinta más aplaudida hasta el momento; Corazón Valiente (1995). Desgraciadamente su carrera se vio enormemente afectada por algunos comentarios que una ex novia grabó, en los que el actor despotricaba contra los judíos y algunas otras minorías. Gracias a este escándalo, el actor se volvió un paria de la meca del cine, un apestado que ha pasado los últimos 6 o 7 años casi en las sombras, estrenando pocos filmes con nulo éxito ó trascendencia.

Independientemente de los problemas que como persona pueda tener o causar, Gibson es un gran artista. No sólo se trata de un solvente actor, sino que además es un potente director. La realidad es que sus problemas personales no deberían de tener que ver con su desenvolvimiento como profesional del cine, pero sabemos que Hollywood se mueve con ciertos códigos y de ciertas formas muy establecidas, por lo mismo también sabemos que suelen perdonar y resucitar estrellas. Ojalá Gibson sea una de estas pronto.

Pero mientras esperamos que vuelva a la senda del éxito (es alentador que su nuevo filme como director Hacksaw Ridge tuvo buenas reseñas en Venecia) y por el estreno de su nueva película como actor; Sangre de mi sangre (Jean Francois Richet, 2016), en la que hace algo que le sale muy bien; ser un rudo héroe de acción, recordamos sus papeles más duros en el cine, algo que sin duda se volvió parte de su sello como interprete.

Stonebanks en Los Indestructibles 3 (2014)

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La saga de los Indestructibles ha sido un bálsamo para los amantes del cine de acción ochentero, pero con cada entrega la sorpresa ha ido perdiendo impacto y ya su tercera parte denotaba signos de cansancio y reciclaje. A su favor y como uno de sus mejores ingredientes se debe de poner sin duda el trabajo de Mel Gibson como el villano de la función. Si ya Van Damme había realizado un gran trabajo en la segunda parte (según los estándares del cine de acción de sudor y cerveza), en la tercera Gibson se divierte y se encuentra a sus anchas poniéndose en la piel de Stonebanks, un ex miembro del grupo comandado por Stallone, que ahora es su principal enemigo. Gibson no sólo resulta lo más refrescante de la entrega, sino que demuestra que esa mala leche que siempre vislumbró en algunos anti héroes que interpretó en sus inicios, la puede poner al servicio de papeles antagónicos con gran resultado.

Driver en Atrapen al Gringo (2012)

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Los anti héroes siempre han sido una de las especialidades de Gibson como actor; personajes de dudosa moral y actuar más ligado a lo malo que a lo bueno. En esta cinta, que pasó injustamente desapercibida a pesar de ser una gran sucesora del cine de acción ochentero, Mel saca su mejor repertorio para personificar a un rudo conductor del que poco o nada se sabe, salvo que es un hombre de armas tomar y con bastante inteligencia y temple para salir avante ante un embrollo que involucra ladrones, mafiosos, narcos, policías corruptos y presos peligrosos. Una cinta en la que se demuestra que su toque de psicópata divertido e inteligente sigue intacto a pesar de lo relegado que está hoy en día de la serie A Hollywoodense.

Benjamín Martin en El Patriota (2000)

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Si algo le sirvió a Mel Gibson para realizar este papel es que en la vida real, y al igual que Benjamín Martin, él también es padre de siete hijos y seguramente por salvaguardarlos a todos y cada uno de ellos haría lo mismo que en la ficción. Dirigida por Roland Emmerich, en otro de sus intentos por ponerse serio (seguramente su mejor intento a la fecha) la cinta se vale del carisma y la ferocidad del actor para salir adelante, además de orquestar grandes batallas y algunas escenas emocionantes y épicas. Este conjunto de ingredientes salvan el filme, sobre todo porque, si no se tuviera a Gibson como protagonista, seguramente la película no sería ni la cuarta parte de lo que es.

Porter en Revancha (1999)

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Hubo quien cuando vio esta cinta se descolocó al ver a un Mel Gibson más cínico, violento y desalmado que de costumbre. Tal vez por todo esto el film no fue el éxito que se esperaba, aunque aún así se trata de un thriller de ladrón que roba a ladrón bastante peculiar y recomendable, sobre todo por el negrísimo humor que maneja. El Porter que interpreta aquí Gibson pareciera ser una especie de precuela del Driver que interpreta en Atrapen al Gringo. Sin duda ambos personajes están cortados con la misma tijera.

William Wallace en Corazón Valiente (1995)

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Uno de sus tres personajes más icónicos y el que más reconocimiento artístico le generó al actor. El libertador escocés William Wallace quizás no fue en la realidad como lo pinta el mismo Mel en esta película, pero sin duda para el público se quedó guardado en la memoria este personaje que combinaba coraje, fuerza, ternura y carisma por igual. La puesta en escena violenta y épica fue el terreno perfecto para que Mel se convirtiera en uno de los máximos artistas de mediados de los años noventas. Por fin en este film el actor-director dio muestra de todo el portento visual que puede ofrecer detrás de cámaras, aunado a una violencia feroz y sucia que se volvería uno de sus sellos como director.

Martin Riggs en Arma Mortal (1987)

Neue Abenteuer des brandgefŠhrlichen Polizisten-Duos Martin Riggs (MEL GIBSON) und Roger Murtaugh: Als "Babysitter" mŸssen sie den Kronzeugen Leo Getz bewachen. Doch genau der arbeitet fŸr jene Drogendealer, hinter dehnen Riggs und Murtaugh schon lange her sind. 33377

Neue Abenteuer des brandgefŠhrlichen Polizisten-Duos Martin Riggs (MEL GIBSON) und Roger Murtaugh: Als «Babysitter» mŸssen sie den Kronzeugen Leo Getz bewachen. Doch genau der arbeitet fŸr jene Drogendealer, hinter dehnen Riggs und Murtaugh schon lange her sind.
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Sin lugar a dudas Mel Gibson se volvió uno de los grandes de Hollywood gracias a este personaje; un policía veterano de Vietnam, un poco desequilibrado, experto en combate cuerpo a cuerpo y con puntería infalible, que además poseía un magnetismo pocas veces visto en una cinta de acción. La construcción de Gibson para este papel lo convirtió no sólo en uno de los más duros de Hollywood, sino que además lo volvió uno de los favoritos de las mujeres a finales de los ochentas y principios de los noventas; venerado por los hombres y amado por las mujeres, el personaje dio para tres secuelas en las que Mel supo dotar a su personaje de diversos matices, convirtiéndolo por derecho propio en uno de los máximos héroes de acción del género.

Max Rockatansky en Mad Max (1979)

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El papel que puso en el mapa de Hollywood a Mel Gibson fue el del policía Australiano Max Rockatansky, un personaje duro y que representó un reto para el actor ya que con muy pocos diálogos tenía que expresar muchas emociones, la mayoría de ellas negativas y sombrías. El film se volvió inmediatamente en un clásico de culto que derivó en dos secuelas más que interpretaría el mismo Gibson, siendo la segunda parte la más venerada y recordada por el gran público. Esta trilogía le dio el ticket directo a las grandes ligas pues de aquí surgió la oportunidad de representar al policía Martin Riggs en la saga de Arma Mortal. Seguramente el Mad Max de Mel Gibson sea su personaje más bad-ass y todo un arquetipo de lo que debe ser un anti héroe.