Las mejores biopics son los de las figuras no tan conocidas por el gran público, aquellos personajes extraordinarios que gracias a su representación cinematográfica podemos conocer. En ese tenor llega la película Florence: La mejor peor de todas (Stephen Frears, 2016), que tiene como principal cartel a Meryl Streep interpretando a la “cantante” de ópera Florence Foster Jenkins, un personaje idóneo para que la excelente actriz de rienda suelta a su conocida capacidad actoral, interpretando a una mujer que parecería inventada por cualquier guionista que busca en la exageración de algunas situaciones bochornosas la comedia fácil. Sin embargo, y para sorpresa del público, el personaje titular existió, aunque ésta sea una versión ficticia de su historia.
La película es dirigida con sobriedad y de forma muy clásica por Frears, quién sin duda parece que ya se acomodó totalmente en el terreno de las biopics sobre figuras polémicas como La Reina (2006), por la que Helen Mirren ganó el oscar a mejor actriz; Philomena (2013), con la excelente Judi Dench y El Engaño del Siglo (2015), sobre el escándalo de doping de Lance Armstrong.
Aquí el director cuenta la historia de la acaudalada mujer Florence Foster Jenkins (Streep), quién después de heredar una fortuna retoma el sueño de su vida; ser cantante de ópera, a pesar de carecer de cualquier talento para ello. Ayudada por su oportunista esposo (Hugh Grant), con quien lleva una relación un tanto extraña, y por el pianista que la acompaña en sus horribles recitales (Simon Helberg), Florence demostrará que cualquier meta es posible, aunque en el trayecto haya burlas y sobornos para no conocer la verdad de su falta de talento. Sin duda, una historia que de no ser inspirada en un hecho real, no se podría creer y que ya habíamos visto en la cinta francesa Marguerite (Xavier Gannoli, 2015).
Para nadie es una sorpresa que Streep realice una actuación memorable, y aquí una vez más sostiene la producción con su innegable talento, gracias a su representación de una mujer patética, que en su patetismo esconde mucho corazón e inocencia. Apoyada increíblemente por un Hugh Grant que entrega una de las mejores actuaciones de su carrera, así como por el agradable Simon Helberg, quien demuestra que hay un verdadero actor detrás de su Howard Wolowitz en The Big Bang Theory. Así, el cuadro de actores y la mano firme de su director son los principales ingredientes de la cinta, que por si fuera poco cuenta con una ambientación y vestuarios excelentes. Muchos dirán que aquí se viene otra nominación al oscar, ya antecedida por la recién nominación al Globo de Oro, para Meryl Streep y sin duda lo merece.
(NOTA: También Hugh Grant y Simon Helberg recibieron nominación al Globo de Oro por su trabajo aquí)