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Por Fernando Santoyo Tello / @FdoSantoyoTello

En 1993, Rob Cohen dirigió la cinta Dragón: La Vida de Bruce Lee, con Jason Scott Lee como protagonista (que, por cierto, no es familiar de Bruce Lee aunque compartan apellido artístico). Esta biopic del más grande artista marcial que el cine mundial ha dado, se convirtió en un moderado éxito de taquilla por aquellos años, y sirvió para que una nueva generación que no conocía la leyenda de Lee pudiera acercarse a él.

En aquella ocasión el proyecto era avalado e impulsado por la viuda del actor, Linda Lee Cadwell, por lo que la visión de su vida fue interpretada a través de los ojos de su ex mujer. Recientemente se anunció que una nueva biopic sobre su vida estaba en proceso, bajo la dirección de Shekhar Kapur, mejor conocido como el artífice de las cintas de Elizabeth, con la actuación de Cate Blanchet.

Se dio a conocer también que este nuevo acercamiento estaría impulsado por su hija Shannon Lee, hermana del también finado Brandon Lee, quien por cierto ya había producido el documental I Am Bruce Lee (Pete McCormack, 2012) y la serie The Legend of Bruce Lee.  Por el momento, de este nuevo proyecto sólo se sabe quién será su director, su guionista y productora (la misma Lee) y que llevará por nombre Little Dragon, a espera de saber quién se pondrá en los enormes zapatos del gran Bruce Lee.

Pero otro aspecto que llama la atención de este proyecto es la co-producción que hará China para su realización, sumándose así a una cada vez más larga lista de proyectos auspiciados por el gigante país asiático. Sólo a principios de este año tuvimos uno de los más claros ejemplos de esta nueva alianza cinematográfica, que cada vez es más común en producciones grandes; La Gran Muralla (Zhang Yimou, 2017) con Matt Damon, una más dentro de esta nueva ola que persigue diversificar la forma de co-producir y absorber grandes costos, aunque en este caso representó en un gran fracaso económico.

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La Gran Muralla (Zhang Yimou, 2017)

La apuesta de Hollywood para asociarse con capital chino tiene una gran lógica, dado que el país de Asia es el mercado cinematográfico más grande del mundo por sus habitantes, pero para desgracia de cualquier cinematografía que no sea local, sólo permiten estrenar 34 producciones extranjeras al año, las cuales además tienen que pasar por una exagerada censura, que termina mutilando a muchos filmes de maneras alarmantes o incluso prohibiéndolas en el país. Estados Unidos busca burlar esta censura asociándose con ellos y además busca acceder a una taquilla global que acrecente sus arcas.

Una de las grandes jugadas que se dieron en estos nuevos planes económicos entre las dos industrias cinematográficas se notó apenas el año pasado, cuando el estudio Legendary (responsable de cintas como: 300, Pacific Rim y el remake de Godzilla) fue adquirido por la empresa china Wanda, la cual es dueña prácticamente de todas las salas de cine del país asiático y que se ha convertido al día de hoy en uno de los mayores productores, distribuidores y exhibidores de cine en el planeta.

Según el sitio de Forbes, sólo el año pasado en China se construyeron 27 salas de cine por día, esto gracias a que la clase media en ese país ha ido creciendo, haciendo que este nuevo mercado cinematográfico crezca a pasos agigantados. Incluso en el 2016 superaron a Estados Unidos con 40.475 pantallas en total, además las predicciones para este 2017 arrojan que sin duda superarán en taquilla a los norteamericanos, convirtiéndose de una vez por todas en el mayor mercado del mundo.

No sólo en los últimos años hemos visto cómo es más común ver actores asiáticos en papeles de reparto en las más grandes producciones (Rogue One, Triple X: Reactivado y Transformers: La Era de la Extinción son ejemplos de esto), sino que también hemos visto cómo a algunos grandes blockbusters se les han agregado elementos chinos; ya sean locaciones (Pacific Rim, Transformers: La Era de la Extinción, La Gran Muralla) o elementos de su cultura popular en los guiones (Kung Fu Panda 3, La Gran Muralla), incluso hasta algo tan trivial como usar estudios localizados en ese país, cómo fue el caso de Rápidos y Furiosos 7, que estrenó los estudios Universal de por allá.

TRANSFORMERS: AGE OF EXTINCTION

Michael Bay filmando Transformers: Age of Extinction en China

Todo esto clarifica que está consolidándose una colaboración entre ambos países y sus industrias cinematográficas, situación que algunos dicen es una jugada inteligente por parte de los gringos para acrecentar sus taquillas mundiales. Para entender mejor esto, basta ver los números en taquilla de, por ejemplo, Transformers: La era de la Extinción, que hizo $245 millones de dólares en Estados Unidos contra $301 en China, según los datos de Box Office Mojo, o también los números de Pacific Rim, que hizo casi la mitad de su recaudación mundial sólo en el país asiático, aspecto que fue fundamental para que le dieran luz verde a la secuela, poniendo el precedente como el primer proyecto que adquiere secuela siendo más exitoso en un país que no sea los Estados Unidos.

Contrario a este último punto, también hay expertos que dicen que todo esto significa un plan meticuloso y muy elaborado por los chinos para invadir Hollywood y, poco a poco, ir apropiándose de su mercado, lo cual tampoco es descabellado al ver que han conseguido aspectos que jamás se pensarían, como el hecho de alterar guiones y personajes en aras de incluir a sus estrellas y tener contento a su público particular. Esto no resultaría tan llamativo si no fuera por el antecedente de cuán descuidado es Hollywood respecto a la diversidad en muchos de sus proyectos, donde anglosajones siempre terminan interpretando papeles de pertenecientes a otras etnias.

Este fenómeno da nuevos ejemplos día a día y cada vez hay más proyectos que se refugian en este nuevo modelo económico. Como resultado, además de la nueva biografía de Bruce Lee, también se anunció estos días que Jackie Chan y Sylvester Stallone colaborarán juntos en la cinta Ex-Baghdad, dirigida por Scott Waugh (Need for Speed, Acto de Valor) y que contará con un presupuesto de 80 millones de dólares, lo que nos deja ver que estas alianzas están más vivas que nunca y seguirán dando mucho de qué hablar en el futuro cercano.

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