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Por Fernando Santoyo Tello / @FdoSantoyoTello

Los remakes en el mundo del cine moderno son cosa de todos los días. Hollywood se ha convertido en una fabrica de hacer remakes; de sus propios éxitos, de éxitos de otros países y hasta de fracasos en taquilla que a veces logran una segunda oportunidad (aunque estos casos son los menos). Muy rara vez ocurre a la inversa; que otros países actualicen o realicen su propia versión de algún éxito Hollywoodense pero, aunque parezca extraño, éstos sí existen. Para ejemplo, el remake japonés de Los Imperdonables (Clint Eastwood, 1992), con Ken Watanabe replicando el papel de Eastwood en la original. La crisis de ideas no es exclusiva de la industria norteamericana.

México también es un país que no se ha quedado atrás en el tema de los remakes. Recientemente Nosotros los Nobles (Gaz Alazraki, 2013) significó el remake de El Gran Calavera (Luis Buñuel, 1949). También la mayoría de los éxitos de Carlos Enrique Taboada han sido blanco de actualizaciones en los últimos años, y este 2017 la cinta 3 Idiotas (Carlos Bolado, 2017) hizo lo mismo con el éxito de Bollywood 3 Idiots (Rajkumar Hirani, 2009). Algo casi inaudito es que una cinta mexicana alcance un remake en algún otro lado del mundo y, como ejemplo casi aislado, está el remake norteamericano que se hizo hace un par de años de la película Somos lo que hay (Jorge Michel Grau, 2010).

Esto se ha repetido y ahora la película francesa Dos son familia (Hugo Gélin, 2017) es la actualización de la exitosa cinta mexicana No se aceptan devoluciones (Eugenio Derbez, 2013) que además fue el debut en la dirección de su popular actor protagónico. Es tal el caso que incluso el guion, también escrito por Derbez, se reproduce tal cual para esta nueva versión, protagonizada por Omar Sy, uno de los protagonistas del drama Amigos (Olivier Nakache, Eric Toledano, 2011).

Samuel (Omar Sy) es un sinvergüenza que vive la vida sin responsabilidades ni ataduras. Pero su mundo cambia radicalmente cuando un viejo amor (Clémence Poésy) se aparece ante él para dejarle a su hija Gloria (Gloria Colston), de la cual él desconocía su existencia. La reacción de Samuel es de rechazo inmediato, por lo que se lanza a Londres para buscar a su madre y regresársela, hasta crear eventualmente un lazo irrompible con su hija.

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Al tratarse de un remake, suele suceder que una nueva versión tome ciertos aspectos de la obra original para después darle un nuevo enfoque, aunque aquí el resultado final es idéntico a la cinta de Derbez. Si acaso, lo que aporta esta nueva versión es una estética más “europea” y elegante, con un humor que se adapta al país al que se dirige. Para bien o para mal, según lo vea cada espectador, todo el humor de la versión mexicana (tan propio de Derbez y aquel que lo hizo famoso en sus programas de televisión) se mantiene, ya que sin duda fue uno de los elementos que hicieron tan exitosa su opera prima.

Entre los pocos cambios, sobresale la actuación de Omar Sy, quien sin duda sabe externar mucha ternura y empatía en pantalla, haciendo de su trabajo algo más entrañable que el realizado por el a veces pesado Derbez. Es gracias a Sy que el drama de la historia adquiere otro nivel, con todo y que su final ha sido un poco suavizado, sin dejar de estrujar a los más sensibles como lo hiciera su antecesora.

No cabe duda que esta historia, que toca temas como la paternidad y lo que están dispuestos a hacer los padres por sus hijos, es exitosa se presente donde se presente, pues al igual que su contraparte mexicana, ésta también ha sido un rotundo éxito en su país y algunos otros rincones de Europa como Alemania o España. Por ello, Dos son familia vale la pena por el trabajo de su protagonista así como para comparar a,bas versiones, ya que sin duda el morbo que provoca ver cuál versión es mejor tiene su chiste.