Si bien la carrera del griego Yorgos Lanthimos tiene más de 15 años, fue hasta 2009 cuando su obra alcanzó proyección internacional; esto gracias a su perturbadora comedia negra nominada al Oscar Dogtooth (Kynodontas), que narra la historia de tres adolescentes en aislamiento por su posesivo y enfermo padre (y que nos recuerda a El Castillo de la Pureza de Arturo Ripstein).
Desde entonces, la particular visión de Lanthimos lo ha llevado a compartir cartel – en la película coral Venice 70: Future Reloaded – con gente como Catherine Breillat, Isabel Coixet, Claire Denis y Ulrich Seidl (quizá una de sus referencias más obvias en cuanto a estilo); y a presentar Alps, su anterior esfuerzo en solitario, en el festival de Venecia, donde se alzó con el premio a mejor guión.
Con estos antecedentes y credenciales, resulta natural que el director captara el ojo de Hollywood y sus estrellas quienes, en The Lobster y bajo su dirección, logran la más grata sorpresa de la programación internacional de esta edición de Morelia.
Situada en un futuro cercano y distópico, la nueva película del griego nos lleva a El Hotel, una especie de resort donde los hombres y mujeres en soltería son trasladados de acuerdo a las reglas de La Ciudad para intentar encontrar pareja en un lapso de 45 días; de lo contrario, son llevados a El Bosque para ser transformados en animales y relegados al exilio social de por vida.
En este contexto conocemos a David (un Colin Farrell panzón, bigotón, patético, en el mejor papel de su carrera) cuando, recién llegado a El Hotel, debe conseguir una pareja compatible para iniciar una relación y evitar ser transformado en una langosta (todos los huéspedes tienen derecho a elegir qué animal serán en caso de ser convertidos). El espectador se vuelve testigo de su angustiosa búsqueda de amor y compatibilidad que, a través del lente de Lanthimos, no sólo funciona como una irreverente comedia negra y una incisiva crítica a la superficialidad de las relaciones humanas, sino también como un brillante ejercicio de estilo.
Con actuaciones magistrales de un reparto que incluye a John C. Reilly, Rachel Weisz, Ben Wishaw, Léa Seydoux y Angeliki Papoulia, The Lobster nos involucra sin dificultades a su poco ordinario imaginario para – lentamente y a carcajadas por su seco humor – narrar la historia de un amor prohibido y los obstáculos que las reglas ya mencionadas representan para el mismo.
The Lobster, que se alzó en el pasado festival de Cannes con el premio del jurado y una mención especial en la Queer Palm (así como un premio honorario al perro que interpreta al hermano convertido de David), funciona como un hilarante estudio de las relaciones y las imposiciones sociales. Sin necesidad de gadgets o escenarios futuristas convencionales, bien puede ser catalogado como un trabajo de ciencia ficción inteligente, hermosamente filmado (aplauso de pie al director de fotografía Thimios Bakatakis) y nutrido por un sensacional guión escrito en conjunto por el propio Lanthimos y Efthymis Filippou.
Aunque películas como Her de Spike Jonze ya habían explorado posibles escenarios futuros y cómo la evolución (o involución) social podría afectar la forma de relacionarnos con éxito y ternura, lo más reciente de Lanthimos es un punto y aparte en el género. Una película digna de ser vista (una y otra vez) para enternecernos y ver con preocupación el camino que nuestras relaciones han ido tomando a través de los años y, sin dejar de ser incisivo, mortificarnos no obstante el tono absurdo con el que su alto concepto es tratado.