El cine de terror es un género que siempre gozará de gran popularidad, sin importar la época, la cultura, o qué tanto se pueda saturar de cintas mediocres. La catarsis que ofrece esta vertiente fílmica es algo esencial para muchos espectadores, posee una atracción especial aún en quienes dicen rechazar este tipo de cine.
El relato de horror responde a una infinidad de elementos de nuestro subconsciente y puede adquirir distintos matices. Es una experiencia masiva, y a la vez una muy personal, ya que lo que nos asusta, lo que nos perturba o repugna, opera en distintos grados dependiendo de la persona y sus costumbres. Esto hace más difícil recomendar cine de terror a recomendar una comedia o un drama. Lo que a unos asusta, u horroriza, a otros puede causar risa y viceversa.
Tampoco ayuda la gran cantidad que se produce año con año. No sólo es el género más socorrido por realizadores jóvenes en la actualidad, la existencia de cámaras digitales y las campañas de financiamiento por internet han logrado que llene constantemente festivales de cine, anaqueles de DVD y carteleras comerciales. Muchos creen saber qué hace a una cinta ser terrorífica, y sin embargo, son contadas las que realmente sobresalen. Esto es tan cierto hoy como lo era hace 10, 20, 30 o 40 años. Es un género fácil de abordar, pero difícil de dominar.
Debido a la amplia gama de estilos, emociones y sabores que abarca, se pueden hacer multitudes de listas separando por distintos rubros: cine gore, de zombies, de fantasmas, de vampiros, de asesinos seriales, slasher, humorístico, y un largo etc. Sin duda es esa flexibilidad lo que le permite al genero ser tan multifacético.
El siguiente listado no sigue ninguna especificación basada en subgéneros, ni son las cintas que “más” los asustaran, ya que eso es relativo. Me baso en la poca difusión que estas cintas podrán tener, obras que merecen ser conocidas por más público. Todas son grandes obras, algunas con cierto grado de culto, y representan positivamente todo lo que el género más gustado del planeta puede presentar a una audiencia. Todas tienen un lugar en la historia del cine de terror, no conocerlas es negarse a uno mismo grandes momentos cinematográficos.
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10) Tourist Trap (David Schmoeller, 1979)
El eterno cliché que los payasos asustan siempre me ha parecido trillado, considerando que en este mundo existen los maniquíes, que son diez veces más inquietantes de lo que puede ser un hombre con una nariz roja de plástico. Tourist Trap entiende esto perfectamente y nos entrega un relato inusual. Aún cuando parece que caerá en lugares comunes, sorprende casi desde que empieza. Especial mención para el veterano actor Chuck Connors, quien se roba la película. Extraña y macabra por donde se le vea.
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9) Calvaire (Fabrice Du Wellz, 2004)
El cine europeo, específicamente el francés, le entró con ganas al llamado “torture porn” hace ya unos diez años. Varias cintas ávidas en sadismo y sangre aparecieron, pero en general los resultados fueron olvidables, torpes y mediocres. El ruido que hicieron estas producciones opacó un poco lo que su país vecino Bélgica logró crear en esta perturbadora historia de un cantante perdido en un pueblo donde no hay mujeres. Du Wellz inyecta una constante sensación de ansiedad y resulta perturbadora en cada instante de su metraje.
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8) Hansel and Gretel (Yim Pil-Sung, 2007)
El boom del cine de horror en Asia durante la década pasada, traído de la mano de Ring y Ju On, nos entregó gran cantidad de historias de fantasmas vengativos. Relatos muy arraigados a las costumbres e idiosincracias de aquellas regiones. Es curioso que una de las mejores cintas del continente terminara basandose en un famoso relato occidental. Esta libre adaptación coreana del clásico alemán toma la premisa y le da giros bastante inesperados. Contando con un gran despliegue visual, y una trama que explora la compasión y a la vez la crueldad humana, es una de las películas coreanas más intrigantes de los últimos años.
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7) Pontypool (Bruce Mcdonal, 2008)
Vivimos en la época del meme y las campañas de publicidad virales. Frases o palabras que se esparcen por el Internet como un virus; palabras que pierden su significado original y adquieren uno nuevo al ser repetido constantemente hasta la sinrazón. Pontypool astutamente aborda este concepto de las palabras como plaga con una historia genuinamente original. Podemos volvernos, sin notarlo, una especie de “zombies” repitiendo las mismas cosas que otros dicen, una y otra vez.
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6) Beyond the Black Rainbow (Panos Cosmatos, 2010)
Este híbrido de ciencia ficción, horror y fantasía es sin duda una de esas cintas que dividen al público debido a su enfoque experimental. Aún con un final un tanto anticlimático, la cinta logra tener identidad propia, a diferencia de todos estos intentos de “homenajes” actuales al cine de los ochenta. Una experiencia sensorial como pocas.
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5) Zeder (Pupi Avati, 1983)
Avati sigue siendo uno de los grandes cineastas de género italiano que aún no recibe el reconocimiento que merece. Zeder cuenta la historia de un escritor que descubre la existencia de terrenos especiales, donde al enterrar a los muertos estos pueden volver a la vida. Con un ritmo pausado, Avati va construyendo una envolvente y fascinante historia, lejos de la ya saturada imagen del cine de zombies actual.
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4) Let’s Scare Jessica to Death (John Hancock, 1971)
La efectividad de una película de terror reside en buena medida en la atmósfera que esta logra crear. Casi podríamos decir que es el 90% de lo que constituye un buen relato del género. Esta joya del cine estadounidense es una cátedra de principio a fin sobre
la importancia de dicho elemento. La imagen de una mujer espectral, saliendo poco a poco de un lago, quedó grabada en mi mente desde que la vi en televisión durante mi infancia.
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3) Nightmare City (Umberto Lenzi, 1980)
Su culto ha crecido un poco en los últimos años, pero esta estridente producción entre México, Italia y España nunca podrá tener demasiada adoración. Mucho antes de que el zombie que corre se pusiera de moda, Nightmare City (también conocida como
El Ataque de Los Zombies Atómicos) ya jugaba con el concepto de infectados con habilidades de maratonista. Hugo Stiglitz reventando cabezas de zombies y gore a multitudes… Ya quisiera un capitulo de The Walking Dead ser tan atrapante como esta genial locura cinematográfica.
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2) Carnival of Souls (Herk Harvey, 1962)
Esta hermosura también ha logrado una reputación a lo largo de los años. Único largometraje de ficción de su director, quien generalmente se especializaba en documentales. Enfundada en una fotografía fantasmagórica en blanco y negro y una escalofriante música de órgano, nunca estará de más mencionarla en cualquier listado de cine de terror. Una de las pocas películas que genuinamente me siguen asustando a la fecha.
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1) Boxer’s Omen (Kue Chih-Hung, 1983)
No hay palabras para describir este delirio del estudio de los hermanos Shaw, los reyes del cine de Hong Kong durante varias décadas. Si bien los Shaw se enfocaron en producir cintas de artes marciales, también financiaron cintas en el género de lo fantástico. Intentar hacer una descripción de la trama sería una perdida de tiempo, llamarla surreal o bizarra es quedarme corto. Una genuina experiencia psicotrónica que se debe vivir en persona.