*Spoilers*
A pesar de que The Walking Dead ha desacelerado el ritmo de sus episodios desde el hipnótico «No Way Out», ello no implica una baja en calidad y desconcierto. Este onceavo episodio, «Knots Untie», establece los parámetros y el escenario sobre el que el grupo de Rick se enfrentará al mortífero Negan, y lo que podría perderse en esta batalla repentina pero necesaria.
Empezamos con Sasha y Abraham, quienes recorren tranquilamente las barreras de Alexandria. Algo pasa ahí, sin duda, y específicamente Abraham parece desarrollar un conflicto del cual no es exclusivo, pues también pareciera presentarse en mayor medida entre Maggie y Glenn. Nos referimos a la idea de «sentar cabeza», de formar una familia en pleno escenario apocalíptico. De ello se debaten Sasha y Abraham: ¿vale la pena, a pesar de lo que podrían perder? Y la respuesta de Sasha es que sí, ahora más que nunca. Un caso de esperanza y humanidad causa un particular desbalance en el ánimo de Abraham que permanece a lo largo del capítulo.
Apenas iniciado el capítulo, y muy sacado de la manga quizá, Maggie y Glenn enfatizan en la falta de alimentos, con lo que volvemos donde nos quedamos en el episodio anterior, cuando Jesus le plantea a Rick y Michonne un trato comercial con la colonia Hilltop, mientras la pareja se viste en una incómoda escena donde repentinamente todos entran a la casa de ambos y, por ende, se enteran de lo que ocurre entre ellos. Un repentino problema con una milagrosa solución, a la cual Rick, Daryl, Abraham, Michonne, Glenn y Maggie acuden.
Después de una conveniente convivencia con los partícipes de un accidente, que resultaron ser compañeros de Jesus y entre los cuales casualmente se hallaba un doctor quien anteriormente había sido pediatra, al fin conocemos la comunidad de Hilltop, a sus desconfiados ciudadanos carentes de munición, y Gregory, un líder por demás arrogante con quien Maggie negocia primero sin éxito alguno; hasta que llega un trío de personajes liderados por un tal Nathan, mencionan una situación de rehenes, a Negan y posteriormente, sin más, apuñalan al necio líder de Hilltop.
Este breve momento de adrenalina, del cual Rick pareciera esforzarse por salir ensangrentado, como recordándole a todos quién manda, nos dice cuál será el verdadero conflicto del grupo de Rick en los cinco episodios restantes: confrontar a Negan para devolverle a Hilltop uno de sus ciudadanos secuestrados, y obtener a cambio (gracias a una excelente negociación de Maggie) la comida que necesitan.
Este episodio, con situaciones muy repentinas y convenientemente oportunas, grosso modo plantea cuánto tiene que perder ahora el grupo de Alexandria, ante una necesidad quizá sacada de la manga pero que orilla al grupo de Rick a aventurarse en una batalla con un enemigo que desde el inicio de la temporada estábamos esperando, y quien sabemos que hará sufrir mucho a aquellos personajes que apenas se atreven a forjar lazos sentimentales.