Conspiración y Poder (Truth) es un thriller periodístico a la par de filmes como All the President’s Men (Alan J. Pakula, 1976) y la reciente Spotlight (Tom McCarthy, 2015). El guionista, ahora convertido a director, James Vanderbilt, hace su debut tras la cámara de una manera elegante y mesurada, con un guión que se preocupa por los personajes y despierta interés y suspenso.
Son las elecciones presidenciales de 2004 en Estados Unidos. El país norteamericano se encuentra sumido en plena guerra contra Irak y Afganistán, aún así todo parece indicar que George W. Bush será reelegido como presidente. La productora de noticias de la CBS Mary Mapes (Cate Blanchett) y su socio, el presentador Dan Rather (Robert Redford), descubren una historia que podría cambiar el curso de las elecciones: Bush utilizó todas las influencias de su familia para evitar ir a la guerra de Vietnam, noticia que sin duda podría desprestigiar en demasía al polémico mandatario. La emisión de un programa especial que saca a la luz este hecho desata un escándalo que hará que Mapes y Rather tengan que luchar para demostrar la veracidad de su nota.
Nos encontramos ante un cautivador drama de investigación periodística basado en hechos reales, lo que hace más interesante el relato. Sin amarillismo ni adornos visuales o narrativos, Conspiración y Poder no se desvía de su cometido inicial, además de ser una clara denuncia hacía el tráfico de influencias de la clase política y sobre todo, un análisis sobre la ética periodística, sus complicaciones y diferentes aristas.
La cinta adquiere mayor relevancia gracias al estupendo elenco. Cate Blanchett se roba la función y vuelve a entregar un excelente trabajo; en contra parte se encuentra el veterano Robert Redford, una de las pocas leyendas vivientes de Hollywood, que siempre le da envergadura a cualquier proyecto con su presencia. Vanderbilt los deja libres y cómodos para interpretar sus papeles, los cuales cabe destacar, les quedan como anillo al dedo.
En conclusión, estamos ante un estupendo film que incomprensiblemente no tuvo mayor repercusión en el país vecino. Con el boca a boca debería beneficiarse y adquirir un estatus más acorde a sus virtudes y al gran trabajo de sus actores.