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cinema movil camercaperson copiaEl cine en general depende del montaje. El armado de pequeños fragmentos aislados (muchas veces recogidos en tiempos y lugares diferentes) dan forma al producto final y el documental es el mejor género para ejemplificarlo. Por ello, resulta sumamente interesante que los primeros minutos de Camarógrafo (Cameraperson) dependan absolutamente de la edición.

Por encima de una estructura que busque claridad narrativa, la directora Kirsten Johnson pondera el poder de las imágenes que ha capturado a lo largo de su carrera como cinefotógrafa de documentales, como si de un collage experimental se tratara, para saltar de un lugar a otro (geográfica y emocionalmente) sin cohesión inicial aparente pero sin tampoco soltar la mirada del espectador. Una vez conquistado el público, la directora cuenta su historia, aunque sin olvidar tampoco los breves relatos que, aunque ajenas a su vida personal, por añadidura la completan.

Alejada del explícito tono político de su anterior Deadline (2004), Johnson recurre al pietaje perdido en las varias salas de edición donde su trabajo ha estado y con éste armar un interesante rompecabezas audiovisual a través del cuál nos hace partícipes de su experiencia tras la cámara. Ya sea en una guarida ultra secreta con Snowden, una zona de guerra o el jardín de su casa, Johnson nos muestra el día a día de una documentalista de su calibre en primera persona (es ella siempre quien sostiene la cámara) haciéndonos partícipes de su carrera, que a la fecha suma más de 40 documentales como Citizenfour (Alex Gibney), Darfur Now (Ted Braun) o The Invisible War (Kirby Dick).

Pero la intención autobiográfica de Camarógrafo no se reduce al aspecto profesional de la retratada, también nos presenta su vida familiar, dejando que el público se vuelva un voyeur no intencional en esa parte que no cualquiera tiene el valor de exhibir sobre su vida.  Su lado menos público proyecta las razones y la inspiración que hacen de su trabajo algo tan representativo en el cine documental contemporáneo.

Sin una narración en off y valiéndose sólo de textos breves con información como la fecha y locación donde cada fragmento fue grabado, la película sirve como un diario personal con la particularidad de contar anécdotas provenientes de sus experiencias en momentos pivotales de la historia mundial; así se muestran sus intereses políticos pero desde la objetividad que una cámara corriendo sin restricciones le permite capturar.

Camarógrafo no sólo funciona para aquellos interesados en el quehacer documental o la historia política de la que han formado parte Johnson y su cámara, sino también para conocer la vida y obra de una de las principales cómplices de los documentalistas más reconocidos hoy en día.

Camarógrafo es parte del festival Ambulante 2016.