Una Buena Receta (Burnt), la nueva película con Bradley Cooper, tiene una trama alarmantemente parecida a Chef (Jon Favreau, 2014), sobre un cocinero y los varios golpes que le da la vida antes de redimir su camino. Ambas cintas comparten los mismos fallos; son historias amables, de redención, pero sin mucha sustancia.
Tras perder el prestigio por culpa de su carácter y otros problemas personales, el chef Adam Jones (Cooper) pasa un tiempo recapitulando lo que lo ha llevado hasta ese punto. Gracias a esto decide abrir, con su antiguo equipo, un nuevo restaurante con el objetivo de alcanzar la perfección y conseguir el máximo galardón del ramo culinario.
Estamos ante una película que no sabe exactamente a dónde dirigirse con su tono ambiguo, pues es una dramedy aburrida por momentos y muy ácida en otros. Bradley Cooper, el principal gancho del proyecto, entrega una buena actuación a partir de un papel que no le habíamos visto antes, pero esto no es suficiente para sacar a flote un filme que carece de trascendencia. Si no fuera por su estupendo elenco – en donde también encontramos a Sienna Miller, Daniel Bruhl y Uma Thurman -, Una Buena Receta tendría que estar relegada a un estreno en video o para televisión.