Todos sabemos lo popular que es la temporada de “spring break” entre los turistas extranjeros – siendo jóvenes estadounidenses en su mayoría -, quienes visitan las playas mexicanas para perder el control y enfiestar como si se fuese el fin del mundo.
El director Fernando Lebrija decidió inspirarse en esto para llevar a la pantalla grande la historia de dos amigos que se encuentran en su último año de preparatoria y que llegan a Puerto Vallarta para vivir una de las experiencias más alocadas de sus vidas, en medio de bellas mujeres en diminutos bikinis, mucho alcohol, criminales exóticos, música electrónica y fiestas que parecen no tener fin.
Logan y Blake no son populares, de hecho suelen ser ignorados casi por todos los demás; el primero sueña con ser un gran DJ, mientras que el segundo intenta que su sitio web sea conocido. Justo cuando parece que las cosas van a mejorar para ambos, se quedan sin las vacaciones que tanto habían planeado y esto les da la oportunidad de viajar a México para que Logan encuentre a la chica de la que está enamorado. Ya instalados en Puerto Vallarta, los dos amigos se meten en problemas con el jefe criminal local y deben buscar la forma de recuperar algo que es muy valioso para ellos, además de que Logan conoce a una joven local que roba toda su atención.
Guatdefoc es una comedia con situaciones llevadas al extremo, que se siente más como un largo video de las cosas que pasan durante el spring break. La película en realidad no aporta nada cinematográficamente, su historia es predecible y las actuaciones sólo llegan a ser cumplidoras; sin embargo, la comedia está bien aprovechada por momentos y vale la pena destacar lo hecho por Silverio Palacios como un guía de turistas capaz de resolver prácticamente cualquier problema (el mejor personaje de todos). Esta co-producción mexicana-estadounidense sólo funciona como vehículo de entretenimiento.