En ocasiones olvidamos que la naturaleza del horror ha sido fantástica desde sus orígenes. Aunque aquello que no vemos suele ser utilizado como un recurso para lograr un grato thriller de suspenso, son las imágenes que conmueven u horrorizan las que transportan al espectador más efectivamente, algo que Somnia, Antes de Despertar (Before I Wake) parece entender a la perfección. Si bien aparenta un terror plano y genérico, en esencia constituye un ejercicio en el que convergen fantasía y horror de una manera inesperadamente placentera.
En esta historia, Cody (Jacob Tremblay, a quien recordarán por su conmovedor personaje de Jack en Room) es un niño de ocho años que es adoptado en tercera ocasión por Jessie (Kate Bosworth) y Mark (Thomas Jane), una pareja que acaba de perder a su hijo. La adopción funciona para la pareja como catarsis tras su pérdida; sin embargo se percatan que Cody tiene problemas al dormir y paulatinamente entienden que los sueños del pequeño se hacen realidad, trayendo a nuestro plano las más hermosas imágenes y recuerdos, pero también los miedos y frustraciones del niño, personificadas en criaturas de la más vasta imaginación.
La historia pareciera tener un carácter muy blando o cursi, tratándose de una cinta de horror, pero probablemente el error es nuestra perspectiva como adultos. A pesar de tener una buena dosis de ese horror que nos mueve de nuestras butacas, hay que entender que la mitad del filme es desde el punto de vista de un niño de ocho años, y es a través de la materialización de sus sueños que entendemos ese mundo que no pareciera más que un juego para quienes se desprenden totalmente de la infancia.
El casting, elegido cuidadosamente, encaja en los personajes pero no da actuaciones memorables. Quizá la que más destaque es la del propio Jacob como Cody, aunque es su personalidad la que encajó en el papel, ya que su papel de víctima recuerda bastante al pequeño infante de cinco años en Room. El resto de los histriones, a excepción de Kate Bosworth como Jessie, pasan sin pena ni gloria.
El director Mike Flanagan, quien también funge como guionista del filme, desarrolla una historia interesante y con una gran conclusión para todo el arranque fantástico, que en algún momento de la cinta pareciera excesivo. El también director de filmes como Oculus (2013) y Absentia (2011) tiene una habilidad para dirigir esta historia hacia un final satisfactorio, algo que no se encuentra a la vuelta de la esquina en el género.
Con un gran ritmo que mantiene al público atento en todo momento, un final que satisface las interrogantes lanzadas en la cinta, y un carácter engañoso, Somnia: Antes de Despertar es un interesante ejercicio sobre qué tan real es el efecto que pueden tener los sueños o pesadillas, y la fantasía en general en una persona.